En la página oficial del Instituto de Previsión Social (IPS), expresa lo siguiente: De acuerdo al Decreto Ley Nº 1.860/50, aprobado luego por Ley Nº 375/56, el Seguro Social , se creó para cubrir los riesgos de enfermedad no profesional, maternidad, accidentes de trabajo y enfermedades profesionales, invalidez, vejez y muerte de los trabajadores asalariados de la República.
Según la Organización Internacional de Trabajo (OIT): La Seguridad Social, “Es la protección que la sociedad proporciona a sus miembros, mediante una serie de medidas públicas contra las privaciones económicas y sociales que, de no ser así, ocasionarían la desaparición o una fuerte reducción de los ingresos por causa de enfermedad, maternidad, accidente de trabajo, o enfermedad laboral, desempleo, invalidez, vejez y muerte; y también la protección en forma de asistencia médica y de ayuda a las familias con hijos.”
En tal aspecto, en la misma Constitucional Nacional, en el Art. 95°, contempla la obligatoriedad de la Seguridad Social para el trabajador dependiente y de su familia.
En la actualidad, el Instituto de Previsión Social (IPS) está sobrepasada de denuncias, de innumerables reclamos por parte de los asegurados, una institución politizada y manoseada por los gobernantes de turno, con padrinazgo, con licitaciones amañadas, bastantes cuestionadas.
La institución está enfocada en llenar cupos de cargos, una politización imperante, que a pesar de la voluntad de cambio con la presentación de proyectos para la reforma de leyes del IPS, se han encajonado, todo para continuar con el mismo sistema de corrupción, cuando en realidad la finalidad de la institución es velar por la salud de sus asegurados.
Estamos en un complicado escenario, en que los asegurados perdieron la confianza por la institución, hoy tienen miedo de ser mal asistidos, otros ya no tienen en cuenta seguir aportando, una administración no transparente, con vicios en la administración, innumerables denuncias como; la falta de medicamentos, de insumos básicos, las consultas tardías con turnos que se consiguen hasta en meses después cuando la salud no puede esperar mucho tiempo sobre todo en las intervenciones quirúrgicas, maquinarias no disponibles por falta de mantenimiento y reparación, una atención pésima, hasta en algunos casos “inhumana”, falencias que saltan, que ya es incontrolable, una alta responsabilidad de sus dirigentes, una negligencia campante, y que se sigue permitiendo, cuando se debe entender que se trata de vidas humanas.
En resumen; el Seguro Social es “un negocio” basado en la confianza del pueblo, y por causas de estas licitaciones amañadas, una administración descontrolada, una institución politizada, hace que se pierda totalmente esa confianza de la gente, y el seguro caiga al abismo.