Una nueva desidia se aproxima para los usuarios de los transporte públicos, pues se desarrolla que los buses internos correspondientes a la zona de Asunción tengan un
desabastecimiento de sus servicios debido a la falta de fondos suficientes que le
permitan seguir trabajando normalmente con las mismas condiciones.
El problema ya se desarrolla desde hace semanas atrás, cuando las empresas permisionarias habían realizado una suba en el precio de sus pasajes cobrándolos por G. 3.038 porque no fueron incluidos dentro del plan de subsidio del viceministerio de Transporte.
A la espera de buscar un nuevo acuerdo, las permisionarias normalizaron el pasaje luego de la suba repentina y aguardaron por alguna respuesta del viceministerio ante las «precariedades» con las cuales deben trabajar, sin contar con algún financiamiento que les “ayude” a paliar esa realidad.
No obstante, hasta el momento no se concretó algo específico a favor de las empresas permisionarias y estas aseguraron que la situación se está volviendo insostenible y en un futuro muy pronto ya no podrán continuar con sus servicios.
“NO ES UNA AMENAZA”
Andrés Mallada, representante técnico y vocero de la Asociación de Transportistas de Asunción, expresó que los transportistas no realizarán ningún paro, sino que ya no se encontrarán en condiciones para seguir ofreciendo sus servicios a la ciudadanía.
“Hace un año que se vienen desangrando a las empresas y desde mayo esperamos una luz al final del túnel. Si no existe alguna alternativa y tendremos muchos conflictos para cobrar lo que nos corresponde, no habrá condiciones para seguir operando”, destacó Mallada.
El vocero aseguró que los transportistas se están sometiendo a calidades de trabajo muy precarias, pues el viceministro ya había anunciado que quienes cobran G. 2.300 como pasaje no podrán subsistir y es exactamente eso lo que sucedería si no se cuenta con una alternativa por parte del Ejecutivo.
“Ni siquiera es G. 2.300 lo que estamos cobrando, sino G. 2.100 porque las operadoras del billetaje electrónico cobran G. 200 por cada transacción y resulta imposible subsistir de esa manera. Solamente sobra para cubrir combustible y pagar a los choferes”, indicó Mallada.
Dentro del punto añadió que se trata de una “cuestión aritmética”, pues al multiplicar 200 pasajeros por G. 2.100 se ve cuánto se recauda, a lo que se debe restar el combustible consumido por día, el pago a los conductores, quedando al final una insuficiencia insostenible para los empresarios del transporte.
“Esto no se trata de un paro, ni de una amenaza, sino de administrar realidades y transparencias para comprender que no podemos seguir de esta manera. Por ello queremos someternos al proceso del diálogo y necesitamos que el pasajero entienda lo que está pasando porque esto es una cuestión política”, afirmó el vocero.
El representante del gremio destacó que sí se puede realizar el aumento, que equivaldría a un aproximado de US$ 50 mil mensuales que, desde su punto de vista, no se compara con los US$ 20 millones disponibles para el subsidio.
Si el resultado de la reunión municipal, que estará tratando todas las cuestiones mencionadas, es negativo para los transportistas permisionarios, estos realizarán una asamblea para definir un comunicado que indique a los pasajeros el posible cese de sus servicios.
De todos modos, el único afectado en toda la problemática es el usuario del transporte público que saldrá perdiendo en cualquier escenario: con la suba del pasaje y si los transportistas dejan sus servicios.