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Tierra de nadie

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Miguel Bracho circulaba a las dos de la ma­ñana rumbo a San Antonio sobre la Av. Acceso Sur. Cuando en su camino se encuentra con unas carreras clandestinas de motocicletas.

De manera accidental roza a uno de ellos que in­tentaba pasar por su lado derecho, quien termina perdiendo el equilibrio y cayendo al costado de la ruta, con lesiones pero ninguna de gravedad.

Sin embargo, el incidente ocasiona la furia del resto de jóvenes y adolescentes también motociclistas quienes empiezan a per­seguir a Bracho que em­biste a un par de ellos al verse arrinconado e in­tentando huir.

Al hacer esto, uno de los biciclos queda por debajo del rodado de la víctima quien ya no puede avan­zar.

A lo que lo obligan a ba­jarse y es agredido por al­rededor de 15 a 20 jóvenes al mismo tiempo. Si no fuera por la intervención policial, es muy probable que Bracho hubiera per­dido la vida recuerda la Crio. Pral. Liliana Morlas del Puesto Policial 009, San Jorge de la Ciudad de San Antonio.

“La patrulla estaba res­guardando la zona de las carreras, pero nada pueden hacer tres ofi­ciales contra más de 300 motociclistas”, lamenta la oficial.

Morlas explica que estas situaciones se deben a muchos factores y no a una mala gestión poli­cial.

“No se respeta la Ley 1642 el cual prohíbe la venta de bebidas alcohólicas a menores de edad y su consumo en la vía públi­ca. Además los requisitos para adquirir motocicle­tas no son exigentes. Es­tos factores contribuyen a mantener las carreras”, apuntó.

SANCIONES LEVES

Morlas lamentó que las sanciones para estas si­tuaciones, en la mayoría de los casos es solo la in­cautación de las motos. Hecho que lo único que genera es un apilamiento en las comisarías ya que, con las facilidades que existen, los jóvenes ad­quieren otra fácilmente.

Aproximadamente, cada comisaria del país alber­ga en promedio 200 mo­tocicletas. En otros casos las sanciones son multas relativamente leves.

SOBREPASADOS

La comisario explicó que una lucha frontal es in­viable ante esta situación ya que solo cuentan con tres oficiales haciendo guardia por las noches y sumado al apoyo de otras comisarias aledañas al­canzan a penas cinco uniformados que deben lidiar con motociclistas que son entre 300 a 500.

PREVENIR

Alfonso Paredes, subje­fe de la Comisaría 7ma. Central analizó la pro­blemática y explicó que ante esta situación de inferioridad numérica, lo mejor que se puede hacer es prevenir en lugar de reprimir.

Paredes explica que la presencia de policías en la zona no es de por si la solución. Ya que si existen persecuciones pueden acabar muertos o gravemente accidentados tanto motociclistas como agentes del orden.

“Sí a causa de estas per­secuciones se produce la muerte de uno de los jóvenes se abriría suma­rios a los intervinientes para deslindar respon­sabilidades, hecho que lleva su costo económico y tiempo. Además podría ser un obstáculo para el ascenso a otro grado de ese policía”, explicó.

APOYO MUTUO

Informó que el Director de la Policía Central dio vía libre para que cual­quier jefe que este de tur­no nocturno al constatar un problema al de las carreras clandestinas o piruetas tenga la absolu­ta potestad de llamar una patrullera para apoyo de cada comisaria vecina.

GRUPOS DE WHATSAPP

Existen grupos de whats­app donde los líderes de estos grupos se encuen­tran y definen los lugares donde harán las carreras. Además, allí también se informa sobre los proce­dimientos policiales que se ejecutan.

SOLUCIÓN

Para el entrevistado, la solución sería una reu­nión de las instituciones de seguridad; Policía, Caminera, Fiscalía, Mu­nicipalidad, Comisiones vecinales y Juzgado de Paz. Y allí exponer los re­cursos que se poseen y lo que falta, proponer leyes para mejor trabajo.

Si se logra hacer bien, en­tonces estas Comisiones vecinales brindaran in­formación efectiva de los jóvenes que realizan es­tas acrobacias: Ejemplo: el hijo de Ña Juana que vive en la calle Maranga­tu del Barrio Mburicao de San Antonio tiene una moto roncadora que no deja dormir a los vecinos. Con esa información se podría realizar una acti­vidad en conjunto entre las instituciones y con una Orden de Allana­miento rápido expedido del Juzgado de Paz con el objetivo de verificar la moto e incautar ese caño de escape más el proceso al dueño del biciclo.

“Luego de eso también podríamos incautar su aparato celular para comprobar si posee en el registro grupos de whats­app de estas organizacio­nes clandestinas. Si solo se hace 10 procedimien­tos estos problemas socia­les pararan”, vaticinó el entrevistado.

El procedimiento más factible y menos peligro­so para combatir estos problemas ocasionados por motociclistas es el siguiente: oficiales van como observadores en ve­hículos particulares y si llegan a individualizar a estos jóvenes realizando piruetas dejan que esta­cionen primero en una parte y una vez quietos llaman a la patrullera y los demoran incautando las motocicletas y po­niéndolos a cargo de la municipalidad local.

 

 200 Motos en promedio se encuentran en cada comisaria demorada.

 

50.000 Es el cupo de combustible por patrullera para cada comisaría.

 

500 Jóvenes se reúnen en promedio para participar de estas carreras clandestinas.

Equipo Periodistico
Equipo Periodistico
Equipo de Periodistas del Diario El Independiente. Expertos en Historias urbanas. Yeruti Salcedo, John Walter Ferrari, Víctor Ortiz.