La idea de que tejer es una práctica exclusiva para mayores, ya no está de moda, pues en la actualidad constituye una actividad de ocio que atraviesa diversas generaciones y eso lo deja en claro María Sosa, dueña de un taller de tejido y especialista en terapias antiestrés, quien comentó que no se trata de otra cosa que del oficio antiguo de tejer a mano, solo que ahora como un nuevo fenómeno social que brinda grandes beneficios a la salud mental y física.
Pero… ¿por qué tejer es considerado una terapia antiestrés? De acuerdo con la especialista con este trabajo de las manos se reducen las hormonas del estrés y la presión sanguínea, mientras que aumenta el nivel de endorfinas y de dopamina, que libera el cerebro con alguna actividad agradable.
“La mente está concentrada en la actividad y deja a un lado las preocupaciones y los miedos de la persona. El hecho de que sea una acción repetitiva, en la que se tiene que dar punto tras punto, una y otra vez, provoca un efecto relajante que se compara con el que produce la práctica de yoga o la meditación”, explicó.
Asi también, indicó que en el caso de que se teja solo, es un momento perfecto para reflexionar y ordenar nuestros pensamientos, pero si se practica en compañía se comparten experiencias, logros, risas, etcétera, lo que ayuda a reducir estados de ansiedad en las personas a las que les cuesta expresar lo que sienten.
BENEFICIOS
Aunque parezca una tarea muy sencilla y fácil, tejer no solo ayuda a la controlar las emociones internas, sino también aportan grandes beneficios a la salud física, como:
- Mejora la actividad cerebral: Brinda beneficios sobre la capacidad psicomotriz y ayuda a desarrollar el lado creativo, inteligencia y coordinación.
- Mejora el estado de ánimo y reduce el estrés: Al tener las manos ocupadas tejer ayuda a desconectar, dejar de pensar al incrementar la dosis de endorfinas, capaces de relajarnos, entrando así en un estado de calma que conduce irremediablemente hacia una mejora del estado de ánimo.
- Aumenta la autoestima y creatividad: Al hacer una manualidad, la creatividad e imaginación se disparan. Tomado las riendas y solo depende de uno mismo el resultado final de la obra. Esto hace que suba la autoestima.
“Además de sus características antiestrés, la liberación de endorfinas y el estado de concentración en el que nos obliga a estar en el momento de estar tejiendo, contribuye también a reducir la tensión muscular y la sensación de dolor”, mencionó la especialista.
Estos beneficios convierten la práctica de tejer en una terapia complementaria para personas con enfermedades mentales como la demencia, el alzheimer o trastornos psicológicos, además de aquellos que padecen una patología reumática o medular, cefalea, o algún tipo de cáncer que les provoca dolor físico.