En sus inicios, la página Smash* nació como un blog de entretenimiento para recomendar actividades y lugares de gastronomía. A sus fundadores, Germán Caballero y Guillermo Ortíz, las personas les pedían con frecuencia recomendaciones, o les preguntaban a dónde fueron.
“Armamos el blog y nunca lo activamos realmente hasta que participamos en un taller de producción cultural, en el que se fue comentando la falta de interés de los medios masivos sobre la producción y la inexistencia de la crítica, particularmente en el teatro. Encontramos así un nicho de oportunidad para combinar algo que siempre fue nuestra pasión (el escenario), y ver la forma de conectar el arte con el público”, recordaron los creadores.
Contaron que la primera publicación de Smash* fue del evento “Calle Cultura”, y poco a poco los productores fueron contactando con ellos e invitándoles a que escribieran su opinión. “Lentamente fuimos posicionándonos dentro de la escena local”, mencionaron.
Los autores se dieron cuenta de la importancia de lo que estaban haciendo y no podían tomarlo a la ligera. El objetivo inicial fue crear un puente entre espectadores y la producción artística local, hablar desde su experiencia de espectadores “no técnicos” en aquel entonces, y comentar sobre lo que uno encuentra en una puesta, lo que ve o en lo que debería de fijarse.
Pero con el paso del tiempo empezaron a capacitarse, iniciaron la carrera de actuación y talleres de crítica internacionales. “Hoy nuestra principal producción y lo más consumido son las críticas teatrales, pero también trabajamos crítica de cine y compartimos lanzamientos musicales nacionales”, expresaron.
Las reseñas se convirtieron en críticas, y si bien sigue en pie la idea original, también tiene un rol de registro histórico. “En los 40, Roa Bastos se quejaba de la falta de la crítica como registro y hasta hace poco seguíamos más o menos así. Hoy en Paraguay no tenemos registros escritos o audiovisuales sobre el trabajo, perdemos a maestros que abrieron camino y no tenemos un registro de lo que realizaron, de cómo fueron las puestas, de lo que se encontraba, por lo que con nuestro trabajo, creemos que esto queda en el registro histórico esperando que sea material de estudio y referencia para el futuro”, manifestaron.
LOS DESAFÍOS DE SMASH
Smash* funciona como esa plataforma de visualización y celebración al trabajo. Sus fundadores comentaron que una de las principales dificultades que vivieron fue el hecho de que continúa siendo un trabajo voluntario, sin remuneración, por lo que es un desafío poder mantener un flujo constante de contenido al no ser la actividad principal de ninguno de los miembros del equipo.
Igualmente, tuvieron que lidiar con las diferentes opiniones sobre el trabajo. “Muchas personas piensan que la crítica debe ser casi una herramienta de destrucción, que siempre debe apuntar lo malo o tener algo polémico, lo gracioso es que – al mismo tiempo- estas personas no están abiertas a recibir críticas que puedan insinuar algo negativo. Nosotros entendemos la crítica como un análisis de lo que vemos en escena, buscando guiar al público a ver lo excepcional de cada producción y apuntando de manera constructiva lo que se debe mejorar. Y sí, hemos recibido algunos telefonazos o mensajes de reclamo después de publicar”, explicaron.
LAS ENSEÑANZAS
Afirmaron que llegaron a entrevistar a artistas que ya no están vivos, también a grandes maestros que aún siguen en escena y cuentan sus procesos de trabajo. “Tenemos el honor de escribir sobre trabajos excelentes, registrarlos y analizarlos. Hay veces que ves una película, una obra de teatro o vas a una exposición y te quedas con la primera imagen, nosotros nos permitimos ahondar en esas creaciones y aprender de ellas”, sostuvieron.
Igualmente, gustan de sorprenderse con lo que se crea a nivel local y ser parte del crecimiento teatral, de la historia del teatro en Paraguay. “Algo que queremos que las personas descubran con nosotros es que en una realidad tan precaria, igualmente existen producciones de una calidad que te dejan asombrado, algo que vas a poder encontrar a través de ninguna pantalla”, declararon.
LOS MENSAJES
Finalizaron agradeciendo a los productores y productoras que les abrieron las puertas al inicio, cuando nadie los conocía y no tenían siquiera la experiencia, entre ellos, Pili Ortiz que los ayudó con los primeros contactos, el Arlequín Teatro y otras productoras con quienes se aliaron para generar oportunidades para que su público pueda acceder a las obras.
Así mismo, a colegas de medios independientes como Marion Martens de Asunción Kultural, con quien trabajaron en conjunto todo el tiempo relevando información y viendo la manera de informar, al igual que con toda la Liga de Difusores Culturales con quienes llevan a cabo hoy en día ya tres ediciones de los Premios Edda al teatro en Asunción, a Lucía Sapena, quien es probablemente la mayor referente de espectáculos en nuestro país y que les abrió espacios para trabajar en conjunto, y por último, a las agencias y profesionales de prensa que les abrieron sus puertas como Adri Morro y sus colaboradoras, Ale Szpecht, Manu Portillo y otros más.