Días atrás, se desató una polémica a raíz de, la exposición de niños en las redes sociales por una influencer, que tuvo repercusión con diferentes reacciones por parte de la sociedad; por un lado, aplaudiendo el gesto de solidaridad, y por el otro una llamada de atención por parte del Ministerio de la Niñez y Adolescencia y la Defensoría de la Niñez.
En tal aspecto, si lo llevamos a un profundo análisis, observando la situación, se podría entender el negocio de uso de las redes sociales, y las diferentes estrategias que se utilizan para beneficios personales de los influencers, en primer lugar, usar la imagen de “solidaridad”, haciéndolo de manera pública, con fines lucrativos y de cierto éxito; en segundo lugar, sobreexponer a niños (menores de edad), sea o no con el consentimiento de la madre, donde exponen a niños en esa situación de necesidad, cuando estos deberían estar jugando, estudiando, y siendo guardados y protegidos. Emana una profunda tristeza que sean expuestos porque tienen hambre, como si fuera que los dos carritos, serían la solución a sus necesidades básicas. La doble intención ante la sobrexposición de estos niños, y de vender una imagen de caridad y de la de ser como una persona que se jacta “salvadora” de personas que sufren graves carencias, y que exista gente, aprobando este tipo de iniciativa engañosa, es lamentable.
Es una llamada de atención para los Padres en general, y para toda la sociedad. Quizás hayas escuchado acerca del “sharenting”, que su significado se refiere a la sobreexposición de niños en las redes sociales, muchos padres están publicando todas las etapas de sus hijos, inclusive desde el nacimiento, prácticamente todos los eventos habido por haber, sin considerar que no respetan su intimidad y privacidad, y no miden los riesgos que hoy conocemos todos como lo es: el ciberacoso, el tráfico de niños, bullying, secuestros, entre otros riesgos a que se los expone a los menores de edad. Prácticamente toda la evolución del niño o niña en forma abusiva en las redes sociales, en que los padres inconscientemente están brindando mucha información, sin tener en cuenta los efectos y los problemas que podrían causar.
Podemos darnos cuenta como es importante medir el uso de las redes sociales, aprender a limitar toda publicación que pueda dañar o perjudicar a los menores de edad y a la vez no alimentarse de “basuras engañosas”. Nos gusta mostrar las cosas bonitas que nos suceden dentro del seno familiar, recordando, anteriormente como las mamis, llevábamos en las carteras las fotos de nuestros hijos, en cualquier acontecimiento, felices les mostrábamos a nuestros parientes y amigos cercanos, cuando recibíamos las visitas, sacábamos los álbumes familiares, para recordar estas bellas etapas de nuestros hijos. Deberíamos rescatar esas buenas costumbres, sobre todo cuidar y proteger a nuestros niños, pensar que las redes sociales, no son amistosas para ellos, y no deberían están sobrexpuestos en un sitio que no les pertenece.
Que nos sirva como aprendizaje y reflexión. Cuidemos a nuestros niños.
