Prohíben juegos electrónicos en despensas. Ojalá se cumpla.
“Prohíbase la instalación del juego electrónico de azar, en lugares públicos con presencia de niños, niñas y adolescentes, tales como mercados, despensas, peluquerías, sala de internet, farmacias, hamburgueserías, en la vía pública, y en todo negocio o comercio que no se dedique al rubro de los juegos de azar casinos”.
Detalles gramaticales aparte, es un paso apropiado en la dirección correcta. Es absolutamente inaceptable que estas máquinas electrónicas estén al alcance de niños en lugares de libre acceso, incluidas despensas y lugares de concurrencia habitual de menores de edad. A partir de la ley que entrará en vigencia cuando el Poder Ejecutivo la promulgue, las municipalidades estarán facultadas, y sobre todo obligadas, a retirar esos juegos de lugares no permitidos y aplicar multas a los infractores que aunque no sean gran cosa, podrían servir como disuasivos que frenen la proliferación de estas verdaderas trampas para niños.
Ya hemos tratado tiempo atrás las características particularmente maliciosas de estos artefactos que atraen con luces titilantes de colores prometiendo premios rápidos. Las máquinas están programadas con una secuencia de resultados que en un principio premian al jugador con pequeñas ganancias que lo alientan a seguir apostando hasta que en determinado momento la suerte se invierte y la ganancia mayor queda para la casa. El pozo es retirado regularmente por el operador de la red quedando un porcentaje para el huésped, despensa, lomitería, etc.
El negocio es tan jugoso que cubre cualquier costo extra, desde multas hasta confiscación de los juegos que son fabricados por miles con componentes chinos y pueden costar, si se los compra al por mayor, por montos mínimos. En el mercado un equipo estándar cuesta entre 2,5 y 3 millones de guaraníes aunque los hay mucho más baratos. Eso explica porqué a los operadores no les importa que se decomisen sus máquinas, ya que dos o tres días después de estar operando ya pagan su costo. El resto es pura ganancia la cual cubre la reposición del material incautado.
Una cosa es que exista la ley y muy otra que se la cumpla. Esta es una zona gris en el Paraguay, sobre todo en el área municipal en donde la corrupción y la ineficiencia convierten cualquier legislación en letra muerta.
Veremos hasta donde se llega con esta iniciativa.