viernes, marzo 28

Salir al auxilio de los compatriotas en el exterior

Comentario 3×3

Por Benjamín Fernández Bogado

El Paraguay tiene más de 1 millón y medio de connacionales viviendo en países extranjeros, más de un millón en lo que  es la primera ciudad de paraguayos en el mundo, Buenos Aires, muchos otros más distribuidos en distintos territorios de ese país que ahora quieren retornar y que durante los buenos tiempos envían junto con otros compatriotas casi US$ 800 millones en remesas, ese dinero sirve para financiar y solventar la vida de sus familiares, y en ese momento el Estado mira con muy buenos ojos esa cantidad inmensa de dinero que permea la economía paraguaya. Estamos hablando del 8% del presupuesto general de gastos de nuestra República.

Ahora el Gobierno tendría que hacer todo lo que debiera con diligencia, con prontitud, con solidaridad y con capacidad para hacer que todos los connacionales que quieran retornar al país tengan la posibilidad de hacerlo, incluso en tiempos de cuarentena, haciendo que el protocolo sanitario se cumpla, para ese propósito debe alquilar, debe reubicarlos en albergues transitorios, debe buscar destacamentos militares donde colocar estas personas, pero debe hacer aquello que manda la Constitución, que es proteger la vida de los que están aquí adentro y los que están afuera y quieren retornar.

No solo deberíamos recordar a nuestros compatriotas cuando envían las remesas y cuando mueven la economía del país, deberíamos hacerlo también cuando están en Estado de necesidad como en la actualidad.

En la Constituyente del 92 no le permitieron inicialmente a los compatriotas votar aquellos que vivieran en el exterior, porque según dijo un constituyente, Diógenes Martínez, no tributaban en el país, y aquel que no tributa en la tierra, no tiene derecho a votar, después se dieron cuenta que US$ 800 millones era un tributo suficientemente grande y se tuvo que enmendar la Constitución y permitir el voto de los paraguayos en el exterior. Este es el tiempo en que el gobierno debe ponerse los pantalones y salir al auxilio de todos los compatriotas que deseen ingresar a nuestro territorio.