El Pantanal es posiblemente el ecosistema más rico del mundo en biodiversidad de flora y fauna, constituye un área privilegiada para numerosas especies de animales, como aves migratorias, mamíferos entre otros. Su riqueza se debe a su inmensa reserva de agua dulce y a su ubicación geográfica central donde convergen varias ecorregiones con sus afluentes, cuyos intercambios biológicos alimentan la biodiversidad ecológica del medio.
La Franja Pantanal se caracteriza por su pertenencia a la inmensa llanura aluvial que se extiende ampliamente más allá de las fronteras paraguayas: el Gran Pantanal. El rol ecológico de la zona húmeda es fundamental en el ciclo del agua y en la regulación del raudal del Río Paraguay, reduce las crecidas e inundaciones, así como mitiga el impacto de las sequias. El Pantanal actúa como una esponja durante las temporadas de lluvias, conservando el agua y restituyéndola progresivamente.
Esta función ecológica se debe en parte a los tipos de suelos de la zona, principalmente arcillosos, los cuales absorben el agua con una alta efectividad. Más allá del potente Río Paraguay, su majestuoso afluente el Río Negro o el perseverante Río Timané, la Franja Pantanal presenta una red densa de cursos permanentes y semi permanentes, cursos de agua y riachos.
Esta zona también posee extensas sabanas de palmares o de pastizales. La red hídrica diseña un sistema en “isla” de tierras que escapan de las inundaciones regulares y de poca amplitud. Estos micro relieves presentan bosques que contrastan en el paisaje con los campos abiertos, palmares y humedales. El ecosistema del Pantanal es muy frágil y complejo por lo que requiere de una pronta atención para disminuir los impactos del hombre en la naturaleza.
INCENDIOS
Los incendios constituyen un riesgo de orden mayor en el Pantanal, sobre todo durante la temporada de sequía. Por consiguiente, la prevención y la lucha contra los incendios en este territorio son cruciales. Considerando que el origen de los focos de incendios está frecuentemente vinculado a prácticas ganaderas, fogatas de cazadores o en menor proporción debidos a fenómenos naturales (sequias, rayos), la propagación del fuego se encuentra estrechamente relacionada con los distintos usos de suelos del territorio, así como el tipo de vegetaciones o ecosistemas.
Óscar Rodas, director de cambio climático y políticas de la organización WWF Paraguay, informó que 300 mil hectáreas fueron afectadas por los incendios en la zona del Pantanal en agosto pasado. Dividió los daños en tres partes: Leves, moderados y graves. Explicó que no se tienen datos precisos sobre el porcentaje de cada uno de estos daños. No obstante, afirmó que según las observaciones hay zonas que sufrieron daños graves y cuya recuperación llevará décadas.
Indicó que actualmente en la zona por donde pasaron las llamas se está produciendo un proceso de desertificación. “Quedaron expuestos los suelos en la zona del Chovoreca, la tierra arenosa en contacto con el viento norte del Chaco produce erosión de los suelos desnudos”, expresó.
En este sentido alertó al Gobierno a tomar acción para evitar que se produzca una degradación en los próximos meses o incluso en los siguientes años. “Habría que solicitar ayuda al Gobierno para que el Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (Mades) pueda hacer una categorización en las dos áreas más dañadas: Monumento Chovoreca y Parque Río Negro” sostuvo.
Rodas aseguró que el epicentro de los incendios fueron estas dos áreas protegidas de dominio público, que casualmente no cuentan con personal permanente en el sitio, es decir que no disponen de un guardia parque. Asimismo no cuentan con caminos de control, oficinas o casetas para el monitoreo.
Cabe destacar que según un informe sobre los incendios de agosto pasado elaborado por la organización Guyra Paraguay, es bastante difícil determinar la cantidad de fauna afectada por las llamas debido a la poca cantidad de restos animales muertos encontrados en el sitio. El hallazgo de estos restos es solamente casual ya que, por ejemplo, muchos animales pequeños son consumidos por las llamas y desaparecen en forma de cenizas. En algunos casos mueren dentro de madrigueras y no son visibles y también son retirados del lugar por acción de otros animales carroñeros.
En este mismo informe también se señala que estos incendios aparentemente tienen un origen humano que detona un fenómeno natural de combustión espontánea, o progresiva, de una cantidad notable de material orgánico acumulado luego de periodos húmedos. Guyra Paraguay afirma que las soluciones a estos hechos no deben sostenerse en la prohibición y combate de incendios forestales ya que los ciclos naturales hacen inaplicables ese tipo de acciones y solo aumentará el riesgo con el pasar de los años.
“Las soluciones deben basarse en un sistema de quema prescripta y fortalecimiento de las capacidades de manejo de incendios en la región”, reza la organización. En ese sentido hace hincapié en que esto requiere la atención de políticas territoriales municipales y de los que toman decisiones sobre fincas y reservas, porque las llamas representan a su vez una amenaza a las condiciones de salubridad pública de los residentes de la región, en especial de la ciudad de Bahía Negra y la comunidad Puerto Diana.
PREVENCIÓN
Los ambientalistas coinciden en que debe existir una política de previsibilidad y anticipación a estos hechos para evitar o disminuir el impacto de los incendios en la fauna y flora de la región. El invierno constituye la época de seca en la zona y la misma se caracteriza por la escasez o falta de lluvias, así como por los intensos vientos del norte y noreste. Los ecosistemas más vulnerables a los incendios son las sabanas de palmares y las sabanas de pastizales.
Los bosques, campos abiertos, humedales y lagunas de la franja ribereña están estrechamente vinculados al río y sus afluentes. Del equilibrio de este sistema fluvial y de escurrimientos depende el equilibrio del medio ambiente, el equilibrio del territorio en el que reside la mayor parte de la población, es decir también de su resiliencia frente al riesgo, de la sostenibilidad de su producción o de la garantía de su accesibilidad.
Finalmente, el Pantanal paraguayo constituye una riqueza natural enorme para el Paraguay y la región de Sudamérica. Bahía Negra es el distrito que contempla la más grande superficie de este medio ecológico en Paraguay, así como la mejor proximidad con su centro en el Pantanal brasilero. Se requiere invertir en mayores estudios de vegetación y de fauna para evaluar con mayor precisión la dinámica de las relaciones entre estos y los incendios.