Efe – El Open Británico, o The Open Championship, como se denomina oficialmente, regresa a su puesto en el calendario como el cuarto ‘major’ de la temporada, después de su suspensión en 2020, como consecuencia de la pandemia, y con Jon Rahm entre los principales favoritos.
“Llegar hasta aquí ha sido un reto, pero estoy realmente entusiasmado ahora que quedan unas cuantas horas para el comienzo del campeonato”, dijo el director ejecutivo de The R&A, los organizadores del torneo, sobre la competición que da comienzo hoy en la costa sureste de Inglaterra.
Después de la vuelta del Masters de Augusta (abril), el Campeonato de la PGA (mayo) y el Abierto de Estados Unidos (junio) a sus fechas tradicionales, The R&A ha logrado reanudar el cuarto grande del año entre fuertes medidas de aislamiento de jugadores y sus equipos, aunque con la presencia de algo más de 30.000 espectadores cada día en el recorrido de Royal Saint George’s. “Algunos jugadores se han retirado, aunque por múltiples razones. Al final lo que cuenta es que 156 de los mejores del mundo competirán a partir de hoy y presentaremos la jarra de clarete el domingo al campeón”, agregó Slumbers acerca de la retirada de 17 jugadores antes del inicio de la competición.
“Creo que todos están muy satisfechos de volver a jugar y avanzar poco a poco a cierto tipo de normalidad. Obviamente, el lunes va a ser un gran día en el Reino Unido y creo que todos están ansiosos de que llegue”, comentó el norirlandés Rory McIlroy, ganador de The Open de 2014, acerca del relajamiento de las restricciones por el COVID anunciadas para el 19 de julio.
La satisfacción con el regreso del Open Británico se ha visto algo eclipsada por las críticas al recorrido de Saint George’s, que recibe este año su décimo sexto The Open. “Este campo no es tan excitante. No sé por qué. Puede ser los tiros ciegos o los tiros en los que no pueden ver mucho”, dijo el estadounidense Brooks Koepka, antes de que su compatriota y número uno del mundo señalara que es “su segundo campo favorito” en la rotación del Open Championship, después de Saint Andrews.
La diversidad de opiniones y estrategias van a ser la tónica de la semana en el regreso de un grande a los caprichos de un campo tipo link a orillas del mar, con muchas ondulaciones en los fairways, caídas hacia la hierba alta, greenes más lentos de lo habitual y ráfagas de viento. “Se puede fallar el fairway con mucha frecuencia y terminar en el heno de donde no es fácil salir. Esta es la primera vez que aplico mi pegada a los links y veremos qué pasa”, dijo el pegador estadounidense Bryson Dechambeau, que no ha logrado sacar ventaja a su gran distancia desde el tee de salida desde su victoria en el US Open de 2020.
Por otro lado está la estrategia del español Jon Rahm, reciente ganador del Abierto de Estados Unidos. “Hay que amoldarse y crear tu propia estrategia. Creo que es la razón por la que he jugado bien en muchos campos diferentes. Me ajusto al campo y a las condiciones. Si vengo aquí y la voy pegando alta igual no termino el torneo”, dijo.
El número dos del mundo encabeza un nutrido grupo de hispanohablantes en esta 149ª edición del Open Championship, con los también españoles Sergio García, Rafa Cabrera Bello, Jorge Campillo y Gonzalo Fernández Castaño, los mexicanos Abraham Ancer y Carlos Ortiz, los colombianos Juan Sebastián Muñoz y Ricardo Celiá, los argentinos Emiliano Grillo y Abel Gallegos y el chileno Joaquín Niemann.