Cada 11 de octubre se conmemora el Día Internacional de la Niña, con el fin de reconocer sus derechos y los desafíos excepcionales que afrontan en todo el mundo.
Particularmente, en Paraguay, desde el 2016, niñas de entre 12 a 17 años asumen de manera simbólica cargos de máximas autoridades en importantes instituciones públicas y privadas del país, con el objetivo de que participen en espacios donde puedan potenciar su liderazgo, demostrando que tienen derecho a acceder a las mismas oportunidades.
Debido a la pandemia, este 2020 lo asumieron de manera virtual, y más de 30 instituciones apostaron a seguir trabajando para impulsar una sociedad donde ellas ocupen más posiciones representativas: el Ministerio de la Niñez y la Adolescencia, Ministerio de la Mujer, Ministerio del Trabajo, Empleo y Seguridad Social, la Fiscalía General del Estado, Municipalidad de Asunción, el Banco Interamericano de Desarrollo, la Embajada Británica, entre otras, fueron partícipes de la iniciativa.
Lorena García, directora de Plan International Paraguay, comentó que el país ha tenido una muy buena acogida por la cantidad de tomas de poder que se logran hacer.
“Trabajamos con más de 370 comunidades y las niñas siempre se emocionan. Es muy importante esta aspiración de llegar a un alto puesto de alto nivel y no replicar lo que ven a su alrededor, niñas embarazadas, con matrimonios tempranos que ven sus vidas truncadas, sobre todo que viven en situación de extrema pobreza”.
Además, otras niñas las ven como un referente y se convierten en portavoces de sus problemas. “Es una oportunidad para hablar de los problemas que afectan a las niñas de hoy en el país: criadazgo, violencia, etc”.
CONECTADAS Y SEGURAS
La campaña por el Día Internacional de la Niña gira en torno al lema ‘’Conectadas y Seguras’’, buscando poner en manifiesto el limitado acceso a internet y la violencia en línea a la que están expuestas.
¿Libres para estar en línea? es un informe que reúne las voces y experiencias de más de 14.000 niñas en 31 países. Su objetivo es descubrir y comprender sus experiencias al estar en línea: ¿qué plataformas utilizan?, ¿cuál es su experiencia con el acoso?, ¿quiénes son los agresores?, ¿cuál es el impacto del acoso en ellas?
No contar con acceso a internet afecta enormemente la educación de las niñas. Además, silencia sus voces y eso crea una barrera para su liderazgo. Por otro lado, las que logran tener acceso a internet, deben enfrentarse a una segunda barrera: la violencia en línea, la cual es grave y causa un daño real.
“Las niñas estuvieron obligadas a permanecer en sus hogares, muchas veces acompañadas de sus familiares, pero que en ocasiones tienen que trabajar y esto no les permite tener una supervisión en cuanto al uso que le dan al internet”, destacó.
Aseguró que en el informe se evidenció el temor de las adolescentes en cuanto a compartir información en las redes sociales. Muchas activistas dijeron sentir acoso e incluso amenazas, compartían con otras personas los comentarios o las fotos antes de subirlas porque sentían que podían tener una reacción negativa.
“Abogamos a las empresas de redes sociales a que establezcan mayores mecanismos de denuncia y que las leyes sean más estrictas, que le den seguimiento a estas denuncias para que se sientan más seguras”, argumentó.
EL INFORME
Los perpetradores que amenazan con violar y someter a violencia física, emplean lenguaje abusivo y sexista, publican fotos manipuladas y envían imágenes pornográficas pueden mantenerse libres y en el anonimato, mientras que las niñas suelen estar asustadas, comienzan a limitar sus publicaciones y se ven forzadas a intentar protegerse a sí mismas.
El informe resaltó que los ataques son más graves si ellas expresan sus opiniones políticas, tienen discapacidad, por su raza o por ser LGBTIQ+.
El 19% de las niñas acosadas con mucha frecuencia dijeron que usan menos la plataforma de medios sociales, y el 12% simplemente dejó de usarla. El 58% de las niñas encuestadas han sufrido acoso en línea. El 24% de quienes han estado expuestas al acoso, es decir, una de cada cuatro niñas, se sienten en peligro físico, el 42% pierden autoestima o confianza en sí mismas, el 42% sienten estrés mental o emocional, y el 18% tienen problemas en la escuela.
El 50% de las niñas dicen enfrentarse a más acoso en línea que en la calle. El 37% de las niñas que se identificaron como parte de una minoría étnica y que han sufrido acoso en línea dijeron que las acosaban por ese motivo.
El 42% de las niñas que se identificaron como LGBTIQ+ manifestaron haber sido acosadas por ese motivo.
En cuanto a plataformas, la mayoría que han sufrido acoso lo han hecho en Facebook (39%), seguido por Instagram (23%). Niñas desde los 8 años sufren acoso en línea, y la mayoría de las niñas son acosadas por primera vez cuando tienen entre 14 y los 16 años.
“El acoso en línea les quita a las niñas y a las mujeres jóvenes su derecho a la información y la educación, y limita su capacidad de expresarse libremente o ejercer el activismo. Es muy claro que, actualmente, se hace muy poco para proteger a niñas y mujeres jóvenes en línea. Es inaceptable cómo se las trata y se las asusta, y esto debe parar. Alguien debe hacerse responsable: una mayoría abrumadora apuntaron hacia las empresas de medios sociales y los gobiernos”, señaló el informe mundial.
Finalmente, hicieron un llamado a que las empresas de medios sociales creen mecanismos de denuncia más fuertes, efectivos y accesibles, específicos para la violencia de género en línea, que responsabilicen a los agresores y respondan a todas las necesidades y experiencias de las niñas, teniendo en cuenta sus identidades, recolecten y publiquen datos desglosados sobre la violencia de género en línea, que tracen la escala y la dimensión del problema, y ofrezcan información estratégica sobre la naturaleza del acoso y la violencia contra las niñas y las mujeres jóvenes en toda su diversidad.
Por su parte, los gobiernos nacionales deben garantizar que sus políticas de acceso a internet sean inclusivas y garanticen activamente la igualdad de género en el acceso a los espacios en línea.
Eso incluye alentar a las empresas operadoras de telefonía móvil a habilitar mayor conectividad y acceso móvil a internet, así como actualizar y reformar los marcos jurídicos para que aborden la violencia y el acoso en línea contra todas las niñas y mujeres jóvenes, teniendo en cuenta características interseccionales específicas, entre ellas, la raza, la edad, la condición de discapacidad, la etnia y la pertenencia al colectivo LGBTIQ+.