“Lo bueno es que la señora está con nosotros y no se pagó un solo guaraní. La felicidad de haber cumplido la misión y de luchar contra el secuestro y la extorsión”, expresó para la 730 AM.
Ya se tienen detenidos, sin embargo, al cierre de esta edición no fueron publicados aún los nombres ni la cantidad. También se desconocía que existiesen abatidos ya que se produjo un intercambio de disparos importante.
“El departamento Antisecuestros cada día se especializa más. Este es el camino que vamos a seguir mientras siga al frente del departamento”, dijo en otro momento.
Se trataría de un grupo nuevo, inexperto. Delincuentes que no guardan relación con ninguno de los grupos guerrilleros que operan en el norte del país.
Sandra Cristina Máceda Rubert (56), de nacionalidad brasilera es esposa de Milton Gabriel Rubert (57), un agroexportador también del mismo país. Fue secuestrada el pasado sábado alrededor de las 15:30 cuando realizaba sus habituales caminatas. El hecho ocurrió en el distrito de Mbaracayú en el departamento del Alto Paraná.
El grupo criminal no se trataría de ninguno de los grupos guerrilleros que operan en el norte. Sería un grupo inexperto que encontró atractivo el negocio de los secuestros. El pedido que realizaron fue de US$ 250 mil (G. 1722 millones) según relató el esposo.
El agroexportador señaló también que pudo hablar con su esposa y uno de los captores durante los primeros días del cautiverio. Durante la comunicación, el criminal, que estaba tras el teléfono, tenía acento portugués. El pedido de los secuestradores fue que la víctima no comunique el hecho a la Policía Nacional.
En un momento, señaló que no tiene ese dinero y pidió a sus amigos que contribuyeran para llegar al monto. Alegó que debido a heladas se quedó sin producción de trigo y maíz.
El pasado lunes, la familia de la secuestrada, solicitó a la Policía Nacional y a los medios de comunicación que se retiraran del lugar. Esto, para poder negociar con los captores la entrega del dinero.
Fue el marido quien pidió a los investigadores, ya que esa fue la exigencia de la banda criminal para poder negociar.
Tras el pedido, integrantes del Departamento de Antisecuestro de la Policía Nacional se retiraron de las inmediaciones de la residencia.
Debido a la publicidad del secuestro, reclusos llamaban desde penitenciarías fingiendo ser los secuestradores para recibir el dinero.
DETALLES
El contacto entre el marido y los captores se produjo mediante una llamada telefónica desde el número de la mujer. La misma sólo pudo afirmar que se encontraba en una zona boscosa, sin dar más detalles.
Ella salió a realizar una caminata vecinal cerca de su domicilio cuando fue interceptada por los criminales. La información de la captura llegó a la subcomisaría 22 del distrito. Sin embargo, no fue por iniciativa de las víctimas ya que por temor a represalias no presentaron ninguna denuncia del hecho.