Jonatan Aquino se recibe de Master en Ingeniería Industrial en la Universidad de Illinois, Chicago con la beca de Fulbright-BECAL. “El conocimiento es poder y es riqueza. Es la base de la riqueza del país”, afirmó orgulloso.
La superación de distintos tipos de barreras ha sido una constante en la vida personal y profesional de Jonatan Aquino, de 28 años y oriundo de Villarrica, departamento de Guairá. Este mes concluyó exitosamente su masterado, que inició en abril del año pasado. Desde pequeño se ingenió para aprovechar las oportunidades que se le podía ofrecer para estudiar en su seno familiar, que proviene de una clase social humilde, según cuenta él mismo.
Su formación en la carrera de grado pudo hacer a través de una beca de Itaipu con la que fue adjudicado para cursar Ingeniería Industrial en la Universidad del Cono Sur de las Américas, pero antes ya había cursado la Licenciatura en Comercio Internacional en la Universidad Americana. Su secundaria estudió en un colegio público, que es el Centro Regional de Educación Natalicio Talavera de Villarrica.
Con Jonatan se puede demostrar la importancia de las becas como una política del Estado para la formación de capital humano avanzado para las personas con escasos recursos económicos. Aprovechó al máximo las oportunidades que ofrecen el Gobierno para los estudios, tanto en el país, a través de Itaipú, como en el exterior mediante el Programa de Becas de Posgrados en el Exterior “Don Carlos Antonio López” (BECAL).
El recientemente ex becario de Fullbright-BECAL cuenta que hace 22 años, cuando tenía solamente 6 años, una tarde su papá le llevó al CCPA para estudiar el idioma inglés, lo cual “en el interior era considerado un privilegio”, por lo que califica a su padre “todo un visionario”.
“Las cuotas eran accesibles, pero los materiales costosos para mí en aquel entonces. Recuerdo aun lo que me habían dicho en aquel entonces: Hijo, no podremos pagarte el libro, pero andate katu igual. Ese “andate katu igual” formó en mí el coraje de vencer toda vergüenza y, eventualmente recurrir a otras soluciones creativas para los materiales como fotocopias, etc. y afrontar desafíos, aunque las condiciones no siempre eran óptimas”, relató el ex becario de Fullbright-BECAL, a través de su Facebook.
Cuenta que iba a sus clases de inglés con un cuaderno reciclado del año anterior y una cartuchera “colgate” cada lunes y jueves, religiosamente, sin faltar a ninguna clase, donde aprendió a relacionarse con personas mayores, ya que en la mayoría de las veces era el menor de su curso. “Mis compañeros de primaria hasta me decían que disfrutara la vida en vez de estudiar inglés (lo decían sin maldad, obviamente había un tiempo para todo)”, expresa.
Su insistencia con estudiar el inglés ahora es un flamante egresado de la Universidad de Illinois de EEUU. “Este desafío me costó muchísimo: sueño, horas, vida social virtual, adaptación, vocabulario técnico en otro idioma, situaciones que a veces se fueron más allá de mis fuerzas! Pero lo logré por la gracia de Dios! Valió la pena que me hayan tenido tanta paciencia, de corazón lo digo! Lo que uno siembra proyectando a futuro, uno cosecha en plenitud. Agradezco a la Embajada de Estados Unidos y a BECAL de la mano de la Beca Fulbright-CAL por la oportunidad de terminar mi Postgrado aquí en los Estados Unidos”, concluye Jonatan.