“No vamos a renunciar a la ética”: El legado de Santiago

Un 26 de abril de 1991, fecha en la que se recordaba el día del periodista por la publicación del primer periódico del país “El paraguayo independiente”, fue abatido a balazos en Pedro Juan Caballero el periodista Santiago Leguizamón, cuando se dirigía a un restaurante a reunirse con la periodista Zulia Giménez y su compañero de trabajo, Pedro Cabral. 

Un comando de tres personas se lo impidió en plena línea fronteriza, y 30 años después de aquel crimen, la impunidad sigue reinando. Santiago ejercía un periodismo frontal, de denuncia del narcotráfico y negocios ilegales en la frontera, por lo que enfrentaba amenazas serias.

La investigación judicial efectuada por el Paraguay estuvo encaminada de antemano a encubrir a los autores morales y materiales. La justicia paraguaya nunca estableció una hipótesis de investigación, de modo a conducir una pesquisa dirigida a confirmar o refutar la participación de los principales sospechosos. 

La familia de Santiago Leguizamón llevó el caso ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). En 2020, la CIDH remitió el informe de fondo sobre la responsabilidad del Estado paraguayo, declarando que se habían violado los derechos a la vida, a la integridad personal, a la libertad de expresión y a la protección judicial, de Santiago Leguizamón y familia. 

En febrero de 2021, la CIDH decidió demandar al Estado paraguayo ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, debido a que ninguna de las medidas recomendadas para reparar las violaciones cometidas fue adoptada. 

El asesinato y la impunidad del caso Santiago Leguizamón creó un clima de intimidación a los periodistas, habilitando el asesinato como un recurso con que cuentan las organizaciones criminales. Su hijo, el periodista Dante Leguizamón, comentó que Santiago era una persona honesta, muy valiente y ética, con una sensibilidad social importante hacia el campesino, indígena, el obrero.

La causa por su asesinato hoy está abierta, pero no se ha determinado ningún culpable, ni siquiera han tenido hipótesis seria, es meramente formal y ha dado cuenta de la inoperancia del poder judicial, y en Brasil ya está cerrada.

“Estamos solicitando la instalación de mecanismos efectivos de protección para periodistas, no solo en fronteras, sino en todo el país. Existe un sistema con bastante deficiencias, también deben haber cambios legislativos para que estas amenazas sean investigadas por el Ministerio Público”.

Leguizamón cree que las personas autores del asesinato de su padre estaban vinculadas con el presidente de la República en aquel entonces, y en la mayoría de los casos de los otros periodistas asesinados, se sospecha que los autores morales han estado ligados a grupos de poder regionales y locales corruptos y criminales.

AMENAZAS QUE SE MULTIPLICAN

Para Santiago Ortiz, secretario general del Sindicato de Periodistas del Paraguay (SPP), el hostigamiento hacia los periodistas se multiplica y tienen un 100% de impunidad porque ese tipo de situaciones no son investigadas y no tienen castigo.

“Existe una presencia muy fuerte del crimen organizado dentro de la política y el Estado, y cuando uno quiere hablar se encuentra con que los sectores de poder tienen vinculaciones con medios de comunicación, con empresarios o con políticos”.

Dijo que en zonas, como por ejemplo, Pedro Juan Caballero, los colegas saben qué callarse para no quedar expuestos como carne de cañón y eso representa un riesgo para el ejercicio de la profesión, es una especie de autocensura.

“Cuando Santiago fue asesinado, Paraguay empezaba a vivir en democracia. Después de tantos años de dictadura debió ser muy difícil para él, pero tenía un compromiso muy fuerte con la verdad y la sociedad, y es un ejemplo que los trabajadores de prensa debemos asumir. Esa última frase que dejó: “No vamos a renunciar a la ética y la voluntad de trabajo”, es un mandato para los periodistas de este tiempo”.

Destacó que la situación actual por la pandemia obliga a los periodistas a estar unidos a solidarizarse, muchos perdieron su trabajo, por ejemplo, y a seguir con la verdad para lograr un mejor país, más justo, que garantice salud, empleo y una forma digna para sostener a las familias.

UNA VERDAD SILENCIADA

El abogado Hugo Valiente, investigador de la Coordinadora de Derechos Humanos del Paraguay (Codehupy), afirmó que desde 1991 hasta el 2020, han sido 20 periodistas los asesinados por denunciar el crimen organizado. Han sido corresponsales, reporteros de pequeños medios locales que tienen cobertura en el narcotráfico y la corrupción de autoridades públicas.

“Se le llama crimen organizado porque tiene tentáculos, cuenta con el respaldo de altas autoridades políticas del Estado y está infiltrado en las instituciones públicas. Las evidencias de estos 20 asesinatos nos llevan a concluir que la frontera paraguaya, sobre todo con Brasil, donde hay una salida y entrada de marihuana y cocaína, son lugares peligrosos para el ejercicio de la profesión”, acotó Valiente.

Dijo que están entre las llamadas zonas silenciadas en las Américas, y se necesitan acciones de protección para los periodistas. “Existen grupos de whatsapp donde los gremios de trabajadores de prensa están en contacto con la institución judicial se coordinan, pero en gran medida depende de la voluntad coyuntural de la persona que está al frente de brindar protección en el territorio y de los medios con que cuentan”.

Señaló que muchos policías no tienen dinero para hacer la cobertura y el periodista o su familia debe poner plata para cubrir los gastos de la manutención de su guardia.

Asimismo, la libertad que tienen las organizaciones criminales de asesinar periodistas que cuentan la verdad y de salirse con la suya es una aliciente para que estos crímenes se perpetúen. 

“Hace falta una comisión de la verdad que investigue los casos de los 20 periodistas asesinados y hay que implementar políticas públicas dedicadas a promover la valoración de la labor informativa, como la restauración del Premio Nacional Santiago Leguizamón para reconocer a los periodistas destacados en temas de investigación”, explicó Valiente.

EN LA IMPUNIDAD

El periodista Roberto Santander, con casi 17 años de experiencia en periodismo especializado en política, comentó que cuando los medios se hacen eco de diferentes casos de denuncia va todo a la impunidad y no avanza la investigación.

“Son blanqueados por el poder político que ejercen los diferentes actores. En el caso de un periodista de ABC que fue asesinado tampoco se pudo profundizar mucho, fue preso el que fue intendente como principal actor según las investigaciones, pero falta una mayor protección y garantía al trabajo que hacen los periodistas”.

Agregó que independientemente a un plan de coartar a los medios y los periodistas, sigue ese entusiasmo de hacer investigación, denuncias, porque esa es la función de un comunicador, ejercer contrapoder y que se puedan generar cambios en la sociedad.

“Los que se están formando en este mundo, los que están abrazando la profesión, deben conocer parte de la historia. Santiago Leguizamón marcó un precedente en lo que fue su trabajo y esa lucha fue truncada por la mafia. Nos debe servir de lección. Tenemos la responsabilidad de conocer más, investigar, y hacer una publicación que ayude a cambiar las cosas”, concluyó el periodista.

PERIODISTAS ASESINADOS