Usted es un dictador, un enemigo de la disidencia, un perseguidor de periodistas, un clausurador de medios y un encarcelador serial del pensamiento libre.
El hecho de que el gobierno paraguayo haya decidido restablecer relaciones diplomáticas con su gobierno no cambia nada, señor Nicolás Maduro. No olvidamos absolutamente quién es usted y lo que representa, es decir, una de las dictaduras más funestas del mundo.
No olvidamos que fue usted señor Maduro, el que en 2012 intentó sublevar a las Fuerzas Armadas Paraguayas para dar un golpe y evitar que Fernando Lugo fuera removido de su cargo de Presidente de la República durante un juicio político. Fueron el sentimiento y el compromiso fuertemente institucional de los militares paraguayos los que opusieron un muro de contención a semejante barbarie llevada adelante por usted..
No olvidamos que ha sido usted, señor Maduro, el que ha impedido que la democracia sea una forma de gobierno en su país. Usted y su camarilla de cómplices han atropellado los partidos políticos de oposición, han encarcelado a gran parte de la dirigencia e impuesto gobiernos partidarios totalmente sometidos a su tiranía.
No olvidamos que en su circo electoral, una vez más, no tuvo mejor idea que borrar a la principal dirigente opositora anulando el resultado de unas elecciones primarias en la plataforma unitaria liderada por Corina Machado en la que obtuvo casi dos millones y medio de votos. Esta es su vieja práctica de manipular el poder electoral aplastando cualquier intento opositor e imponiendo luego a la justicia armar causas como la farsa de juicio que en 2004 Ud. ordenó ejecutar contra la señora Machado por supuesta traición a la patria. Más adelante, en 2011 y 2014, en vano se intentó insistir en esa línea acusándola de una supuesta conspiración para derrocar su gobierno. Tampoco olvidamos que usted, señor Maduro, y el otro gran tirano del Caribe, el señor Díaz Canel en Cuba, son los grandes enemigos de la libertad de expresión en América. Usted ha matado la prensa privándola de papel durante años hasta rendirla por inanición. Ha cancelado licencias de radio y televisión, encarcelado y procesado a periodistas y presentadores y obligado a muchos de ellos – algunos importantes referentes de la prensa en castellano- a refugiarse en países como España o migrando penosamente a otras naciones americanas.
Si el gobierno paraguayo decidió mandar un embajador a Caracas y permite la acreditación de un embajador en Asunción, eso no implica que los paraguayos que tenemos un fuerte compromiso con la democracia, la libertad de prensa y la vigencia de los institutos constitucionales, vayamos a tragarnos semejante sapo. Usted es un dictador, un enemigo de la disidencia, un perseguidor de periodistas, un clausurador de medios y encarcelador del pensamiento libre. No intente aprovecharse de este momento de debilidad de la política exterior del Presidente Peña. Los paraguayos sabemos muy bien quién es usted y lo que representa.