Pareciera que actualmente con los conflictos armados en África, Europa y Medio
oriente, hasta las tensiones comerciales y políticas entre distintos estados o entre
empresas y gobiernos, el mundo ha entrado en una nueva espiral de violencia eterna.
La agresión despiadada se ha convertido en una norma mientras que el poder de la
pluma y la diplomacia se ha desvanecido al no poder brindar frutos con la inmediatez
requerida para evitar más daños.
La guerra en todas sus formas ha abarcado la historia humana en los cinco
continentes, pero nunca en tiempos modernos, ha sido tan notoria y es quizás en gran
parte gracias a las redes sociales y su poder de difusión masiva de la información, sea
verdadera o no. Tanto en occidente como en oriente, han sido varios los escritores,
filósofos y militares que han tratado de definir la naturaleza de las guerras y su relación
con la cultura y política de los gobiernos y sus pueblos.
El más conocido es el general chino Sun Tzu quien escribió hace 2000 años “El arte
de la guerra”, en donde presentaba una serie de principios y estrategias a utilizarse en
los campos de batalla. Consideraba que la guerra era un arte que requería de
inteligencia y creatividad, conociendo no solo al rival, sino también a uno mismo,
fortalezas y debilidades de ambos. El libro se resume en que el arte de la guerra
consiste en derrotar al enemigo sin disparar una sola flecha. Lo que significa que se
debe lograr la victoria con la menor cantidad de recursos y esfuerzo posible.
Un pensador de occidente sobre la guerra fue Carl von Clausewitz, militar y teórico
prusiano del siglo XIX. En su obra titulada “De la guerra”, argumentó que el conflicto
armado es solo una continuación de la política, un medio que se usa cuando todo lo
demás ha fallado, es decir, las negociaciones, la diplomacia. El resumen del texto es
que la guerra es el reflejo de la sociedad y la política de una nación, no solo un asunto
militar.
Ambas obras como muchas otras se continúan estudiando tanto en escuelas militares
como universidades, y seguirán siendo objeto de estudio, deben serlo hoy más que
nunca. Las guerras no son libradas únicamente entre estados o empresas. En
nuestras calles y colegios, en los barrios mas desamparados, la violencia y hostilidad
son moneda corriente contra los más vulnerables. Las mujeres, los niños y adultos
mayores no se encuentran seguros dentro de sus propios hogares.
Es hora de reconocer que la guerra no es solo un problema exclusivo entre naciones y
culturas con sus respectivos ejércitos, es algo mucho más complejo. Es un asunto del
día a día lastimosamente, cualquiera puede notarlo en redes sociales, en los
comentarios hostiles. Hay que reconocer que la violencia y la agresión, tristemente son
síntomas de un mal que tiene sus raíces en la desigualdad, la injusticia y la
intolerancia. Aun así, se debe reconocer también que la paz no es solo un sueño, sino
una realidad que podemos crear.

Licenciado en ciencias politicas, editor, comunicador y productor de contenido creativo.