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“Molesta que una mujer levante la voz para hablar”

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Con el lema de este año: “¡Insistimos!, Nuestro trabajo vale” el 8 de marzo congregará una multitudinaria marcha como la convoca cada año. Por este motivo y por ser una gran defensora de los derechos humanos, la igualdad y la reivindicación de los derechos de la mujer, El Independiente conversó con Menchi Barriocanal sobre el feminismo, sus posturas sobre ciertos temas y cómo maneja las críticas al ser una figura pública.

 

¿En qué momento empezó a ver cómo el machismo está arraigado en la cultura paraguaya?

A lo largo de toda mi vida conviví con esas manifestaciones del machismo. Nunca me pasaron desapercibidas, aunque mis expresiones públicas al respecto no tengan más que unos pocos años. Somos producto de una educación machista, con distintas tonalidades y con diferentes repercusiones e impactos, con más o menos daño, pero con una marca de inequidad que es insostenible.

 

¿Cómo fueron sus primeros pasos en la militancia feminista hasta el día de hoy y qué fue lo que la impulsó?

Más que una militancia propiamente, entendí que al estar en medios de comunicación tan masivos como son la radio y la televisión, no podía permanecer indiferente y al margen de la lucha de décadas de mujeres muy valientes, que, en situaciones de enorme vulnerabilidad, y con absolutamente todo en contra, llevaban adelante la enorme e incansable tarea de lograr la igualdad entre hombres y mujeres.

Mis hijas fueron determinantes en este camino de sororidad y empatía. Como dije una vez, fueron ellas las que me parieron en este descubrimiento fantástico del encuentro que fortalece, más allá de las distintas reivindicaciones.

 

¿En su día a día, en qué situaciones o lugares usted ve que existen mayores injusticias hacia las mujeres?

Lamentablemente en todos los ámbitos. Aunque esta situación de inequidad se percibe todavía más, en los sectores rurales. La niña, sigue siendo la eterna excluida, sobre quien recae el trabajo no remunerado del hogar, dejándolas muchas veces al margen del sistema educativo, situación que las condena a la pobreza.

Las estadísticas nos dicen que las niñas viven con miedo en América Latina y nuestro país no es la excepción. Viven con el temor de ser agredidas y violentadas en la escuela, en la calle, en sus propias casas.

El número de embarazos precoces de niñas de entre 10 y 14 años sigue siendo altísimo y todavía son tibias las políticas públicas que las protejan con decisión.

 

¿Cómo maneja los comentarios de odio que saltan con cada opinión suya respecto a estos temas sensibles?

Sé que la elección que he hecho de hablar frontalmente de las cosas que nos pasan, acarrea una serie de enemistades e incomodidades. Al final de cuentas, para construir una sociedad con igualdad de derechos, hay sectores que tendrán que ceder y en algunos casos perder sus privilegios y esta situación se vuelve insostenible para quienes desde siempre ejercieron la supremacía aplastando los derechos de los demás.

Cuando no hay argumentos, sino solo agresiones, no hay ninguna posibilidad de dialogar. El debate se hace con argumentos, no con descalificaciones.

 

¿Le afectó en algún momento tanto odio en las redes?

Al comienzo sí, con el tiempo uno aprende a apartarse de la gente tóxica que siempre destruye. Molesta que una mujer levante la voz para hablar con convicción de ese cotidiano tan desventajoso y doloroso de tantas congéneres, las agresiones, la descalificación permanente a la que nos exponemos cuando intentamos explicar el origen de la violencia. Que yo no sea una víctima directa de ese sistema, me obliga con mayor fuerza aún a no hacer oídos sordos o la vista gorda a una situación de desigualdad que deja en el camino miles de sueños.

 

¿Cómo es la relación con sus hijas quienes también son feministas?

Guadalupe y Montse (sus hijas)son verdaderas militantes, mujeres que hablan claro y decididamente de esta lucha por la igualdad de derechos. Ellas son mi guía y consulta permanente. En ellas me miro y trato de seguirlas.

 

¿Qué piensa de la separación del Estado y la iglesia?

Para mí es muy claro que las políticas públicas deben ir separadas de los dogmas y de cualquier creencia. El estado laico tiene como objetivo garantizar y defender libertades y derechos sin exclusiones. Introducir cuestiones religiosas dejando de lado información científica comprobada en el ámbito de la educación, es peligroso y atenta contra la libertad de cada individuo.

 

¿Qué mensaje desea dejarle a las mujeres y la ciudadanía en general en este día?

Solo la igualdad y una educación con perspectiva de género nos permitirá la construcción de una sociedad mejor sin exclusiones. Con esta educación, entre hombres y mujeres, podemos encontrar la manera de impedir que se perpetúe la violencia machista.

 

 

¡Qué terrible es pensar que el haber nacido mujer te dejó fuera del sistema educativo, impidió que salgas a caminar, a ponerte la ropa que se te daba la gana, obligarte a dejar una carrera, a ser feliz y vivir!

Menchi Barriocanal

Comunicadora

 


 

Algunos datos sobre la desigualdad

– De la población asalariada, en la zona urbana, la mujer gana un 5% menos que los hombres.
Mientras que en la zona urbana esta diferencia asciende a un 11%, según datos de la Encuesta Permanente de hogares.

– En Paraguay se estima que 47.000 menores son víctimas de criadazgo, en un alto porcentaje de niñas.

– Un feminicidio ocurre cada 9,8 días en Paraguay.

– La Policía Nacional registra cerca de 100 denuncias por violencia doméstica al día.

– Cada día, al menos dos partos se dan de niñas de entre 10 y 14 años en Paraguay.

Patricia Galeano
Patricia Galeano
Mujer apasionada y sensible. Admiradora de la naturaleza, los gatos y la fotografía callejera. Redactora de El Independiente.