Annette Barros es directora creativa de Annimarte, una agencia y productora creativa que busca materializar lo inesperado, fusionando el marketing y el arte. Para ella significa un redescubrimiento y renacer a nivel personal y profesional.
“Si bien, la empresa tiene formalmente 1 año y 2 meses de vida, hace 8 años trabajo de manera independiente; pero no encontraba algo que realmente me apasione, no terminaba de encajar hasta que decidí crear ese espacio donde puedo ser yo y mezclar todo lo que me mueve y caracteriza”, manifestó.
Al recibirse de licenciada en Marketing hizo cursos de Diseño de Interiores en Barcelona, España, pero no se veía en un mundo laboral tan convencional. Después de un largo proceso interior y con años de experiencia en eventos y diseños creativos y diferentes, era hora de “animarse” a darle forma y nombre a eso que realmente la apasionaba.
“Así nació Annimarte, una combinación de lo que soy yo, de tomar el riesgo y animarme, y lo más importante: el arte. Si bien empecé con este proyecto sola, en el camino se sumó mi mejor amiga Caro Irazoqui y hoy somos socias. Yo me encargo de la parte divertida, de crear y diseñar sin límites, ella de producir y gestionar todo lo que yo me imagino”, expresó.
Mencionó que tener una imaginación nutrida y bien desarrollada es importante, confesó que si no invertía tiempo en ello Annimarte no existiría, porque esa es su principal fortaleza.
“Dedico mucho tiempo a mi bienestar mental y emocional, creo que es lo más importante para poder dejar fluir la imaginación y la creatividad. Aprender a observar las cosas y lugares desde otro ángulo es lo principal. El saber observar se trabaja con paciencia, hay que dedicarle tiempo a esto. Viajar me ayuda muchísimo para nutrirme, no hubiese sido lo mismo si no hubiese tenido la oportunidad de ver tanto de este mundo”, afirmó.
ESPECIALIDAD
Sostuvo que le cuesta definir una especialidad dentro del diseño porque va cambiando con el tiempo y las oportunidades que se le van dando, sin embargo, su pasión es diseñar espacios y experiencias grandes, instalaciones imponentes, poniéndole mucho empeño en lo que genera un lugar.
“Me encanta experimentar e innovar con materiales diferentes o poco convencionales en el rubro. Siempre quiero hacer las cosas al revés en el buen sentido para lograr algo que no te esperas. No me dejo llevar por lo racional y me gusta jugar con eso. Un detalle, siempre agrego un trabajo manual y puntilloso, mezclo la tecnología con lo artístico”, señaló.
PASIÓN
Un lado que pocos conocen de Ann es su pasión por los autos, por el mundo automovilístico en sí. Está en su sangre. Su padre era corredor de autos y lo poco que pudo disfrutar con él fue su pasión por ese hobbie y los momentos de pura adrenalina.
“Con el tiempo y las casualidades de la vida, una reconocida marca de automóviles, con la cual estoy muy agradecida, fue quien me dio alas y confió en mí”, relató.
Recordó que siempre soñó con viajar por trabajo como mucha gente lo hace, pero pensaba que sería muy difícil al ser independiente, hasta que llegó el día.
“Me invitaron a Buenos Aires a vivir la experiencia y lanzamiento Gazoo Racing que me dejó sin palabras. Tuve la oportunidad de conocer la planta industrial de Toyota, y pasar un día en el Autódromo de la ciudad con el famoso piloto español Fernando Alonso, junto a otros pilotos argentinos y uruguayos. Además, fui piloto y copiloto de autos profesionales de carrera. Una experiencia inolvidable de pura adrenalina”, concluyó.