Llegó Diciembre, mes de las fiestas y la pirotecnia. Si bien algunos parecen haber nacido con un 3×3 en la mano, ya que ante cualquier celebración saludan al cielo con pirotecnia, esto aumenta este mes.
¿Será qué Jesús se alegra más con aquel que rompe con los petardos, o San Benito lo ayuda mas? Será que Dios dirá: “bien Florencia, después de 1350 petardos que has tirado en tu vida, acá te dejo 596 m2 de felicidad de paraíso” No, no lo creo.
Algunos no lo saben, otros por falta de empatía lo hacen pasar, pero la pirotecnia afecta a los bebés, niños, adultos mayores, animales, al Medio Ambiente, y por sobre todo a los autistas. Por eso este año, como todos los años, la Asociación de Padres y/o Tutores de Personas con Trastorno del Espectro del Autismo (TEA PY) lanzan la Campaña “Más luces, menos ruido.”
Las personas con Autismo son severamente afectadas con la pirotecnia, perciben de manera intensa los ruidos, tiene hipersensibilidad auditiva. Sienten miedo, eso les genera crisis de llanto y gritos, algunos pueden presentar convulsiones y hasta auto lesionarse. Tienen estrés, ansiedad, ira, ataques de pánico, haciendo que corran con desesperación. Y estos ruidos dañan células sensoriales que causan lesiones en el oído medio.
Ponete en su lugar, también de perritos callejeros que cuando empiezan las bombas corren desesperados sin saber a dónde y algunos mueren atropellados por vehículos, o perros en las casas que no aguantaron los ruidos y mueren de ataques cardíacos. Sin contar los niños que terminan en Emergencias con dedos y hasta manos amputadas, por la inconsciencia de padres que le dan petardos para manipular.
Demos la Bienvenida al 2022 con empatía y amor a todos, que en estas fiestas solo estallen sonrisas ¡MÁS LUCES, MENOS RUIDO!