La presente Ley N° 5777/16, establece la Protección Integral a las Mujeres contra toda forma de violencia; específicamente en el Art 6, (inciso a) se incorpora “El Feminicidio”, dentro de los 16 tipos de violencia, que lo tipifica en el Art. 50 con una pena privativa entre 10 a 30 años.
La semana pasada, tuvimos un “macabro feminicidio” en un motel de CDE, sumando otro de los tantos casos en las estadísticas de lo que va del año 2022, “una niña de 15 años”, y por sorpresa, madre de un niño, “de niña a mujer”, de niña a madre”.
En tal aspecto, los medios difundían que, una menor de edad fue llevada a un motel donde la encontraron muerta, y no solamente la asesinaron, sino que el hombre intentó desmembrar su cuerpo, ¡de terror!
Luego de algunos cuestionamientos acerca de la tipificación del “feminicidio”, debemos analizar y comprender en profundidad la forma y con que ensañamiento se desencadena el feminicidio, debido a que es un fenómeno social incontrolable, donde las acciones continúan siendo débiles por parte de las autoridades de turno, no apuntalan a la realidad de esta problemática, no le dan la suma importancia a la prevención, y en trabajar en un plan de reacción temprana que sea eficiente , y así evitar este final brutal y catastrófico. Cuan es urgente implementar “políticas públicas” direccionadas a los hombres, están a la luz que se dan malas prácticas sin la obtención de resultados, como lo hace el Ministerio de la Mujer, que induce a que la víctima denuncie a su agresor, la asesora para defenderse “huyendo”, “escondiéndose” de su agresor, hasta que su pareja (su agresor) la convence, o la encuentra y ocurre lo peor.
No es la primera vez que ocurre este tipo de comportamiento en un feminicida. Hay antecedentes de conductas repetitivas de crímenes a mujeres que fueron descuartizadas, inclusive después de muerta. Uno de los casos de feminicidio, ocurrió en el año 2002, donde la víctima Martha Raquel Orué Hirakawa, fue brutalmente “descuartizada”, y el feminicida fue arrojando partes del cuerpo de la mujer en bolsas negras. Otro caso se dio en el año 2019, la víctima fue Liliana González, fue descuartizada por su pareja, luego de varios días su cuerpo fue encontrado en tal estado. Existen otros casos, cito los que recuerdo, y que fueron una verdadera conmoción; llama la atención como actúan estos feminicidas donde repiten los mismos patrones, como: el desmembrar a la víctima, y el otro comportamiento suele ocurrir que, luego de cometer el crimen, decide auto eliminarse.
Son alarmantes las cifras por feminicidio, es un llamamiento a los gobernantes para realizar una revisión exhaustiva a esta problemática, con un plantel de profesionales que, con compromiso y responsabilidad logren paliar este flagelo.
Apenas “una niña”, que el infortunio de la vida, la forzó tan cruelmente en convertirse en “mujer y madre” con tal solo 15 años. Hoy un cobarde y desgraciado, le arrebata la vida.
¡La llevó viva y la devuelve muerta!