Cuando escuchamos la palabra psicología, lo normal es que a la mente acuda el estereotipo del psicólogo clínico. Sin embargo, esta es una disciplina más amplia y en ella podemos encontrar múltiples profesionales como al psicólogo educativo, quien tiene la misión de estudiar e intervenir en el comportamiento humano en el contexto de la educación.
Hace 7 años, al psicólogo educacional y músico amateur, Silvio Bogarín se le presentó la oportunidad de trabajar con niños y adolescentes con TEA (Trastorno del Espectro Autismo). Hasta la fecha, la música es el canal que encuentra para conectarse con sus alumnos y ayudarles en su vida cotidiana.
Concluyó la licenciatura en Educación Parvularia y 1º ciclo de la Educación Escolar Básica, y hasta hoy ayuda a los pequeños por medio de la Estimulación Sensomusical Integrativa, estimulando los 7 canales de percepción.
“Lo que más me enseñó el poder trabajar con primera infancia y niñez es la importancia del vínculo emocional entre docente y alumno, para el proceso enseñanza-aprendizaje. Ahora, cada vez más músicos, actores y estudiantes de carreras afines a la educación se están volcando a trabajar con pequeños mediante la música y las expresiones artísticas”, comentó Bogarín.
Antes de la pandemia trabajaban de forma grupal, con la interacción social. Al iniciarse el confinamiento, y para evitar el avance del virus, comenzaron a hacer videos de apoyo.
Una vez que hubo más apertura y el Ministerio de Salud Pública dio el sí, volvieron con las terapias de manera individual, manteniendo todos los cuidados de higiene como el uso de tapabocas y caretas.
Agregó que la música es un elemento fundamental en el proceso de aprendizaje, pues aparte de desarrollar contenidos pedagógicos, vincula emocionalmente en una dinámica armónica y de juego.
“Estudié piano desde los 4 años y siendo mayor aprendí guitarra ukelele y otros instrumentos. Ahora estoy tocando en dos bandas Amaru y Domingo Sounds”, resaltó.
Actualmente, Silvio trabaja con 20 niños y adolescentes con TEA. “El vínculo emocional que se logra con el niño es todo, nada funciona si no existe una energía entre el docente y el chico”, reflexionó Bogarín.
PSICOLOGÍA EDUCACIONAL
La psicología educativa analiza los modos en que aprendemos y enseñamos, trata de aumentar la efectividad de las distintas intervenciones educativas a fin de optimizar el proceso, como así también de aplicar los principios y leyes de la psicología social a las instituciones y organizaciones educativas.
El músico afirmó que esta disciplina se enfoca en la prevención más que en el tratamiento de trastornos o dificultades.
“Empieza con niños y adolescentes con autismo, la mayoría tienen una deficiencia en la integración sensorial, uno de los sentidos está desnivelado y otros están muy estimulados, se intenta integrar los canales de percepción, ya sea tacto, visión, movimiento, el cognitivo y el emocional, se atajan todos los canales y tiene que llegar el mensaje o la estimulación, luego se equilibra con los tratamientos”, explicó.
Los especialistas de la psicología educativa también se encargan de formar e informar a padres y madres sobre el desarrollo psicológico de los alumnos. Además, puede intervenir a la hora de ayudar a establecer una estructura familiar adecuada para mejorar el aprendizaje.
TEA
El autismo está considerado un trastorno de espectro en el que se ubican personas con niveles de inteligencia y dificultades de desarrollo cognitivo o de aprendizaje muy diferentes.
En uno de los extremos estarían los niños con una inteligencia normal e incluso superior a la media, con un potencial de desenvolvimiento social y laboral bastante bueno, como el caso del trastorno conocido como síndrome de Asperger.
En el extremo opuesto se encontrarían aquellos que tienen discapacidades mayores. Los niños con autismo pueden situarse en cualquier punto de este espectro, en diversas posiciones intermedias, pero todos presentan en común síntomas como falta de habilidades sociales y problemas de comunicación.
A nivel educativo, los alumnos con TEA pueden recibir una educación inclusiva en aulas ordinarias o en centros mixtos, donde se combinan horas de clases ordinarias con otras en grupos reducidos en aulas especiales con maestros y profesionales especializados.
Además de la educación ordinaria, la mayoría de los niños autistas necesitan de una combinación de tratamientos adicionales para poder progresar adecuadamente: terapia educacional, terapia del lenguaje/habla, desarrollo de habilidades motoras y de socialización, una educación estructurada, intensiva y temprana, con la implicación directa de sus padres puede ayudar a estos niños a superar o mejorar sus déficits comunicativos y de habilidades sociales, mejorar el habla y el lenguaje no verbal y aprender a jugar interactivamente.
