Vamos camino al 2023 y la foto más producida por equipos de marketing político está llegando, esa donde el candidato a arrasar con las arcas del Estado está desayunando en el Mercado, revolviendo el guiso en la olla popular, o simplemente caminando, “escuchando” el pedido de los ciudadanos de algún asentamiento.
Esta vez le tocó a la candidata a la presidencia, Soledad Nuñez, pasar por el escrutinio social, por una foto que levantó en sus redes sociales revolviendo una olla popular.
Mensajes de rechazo empezaron a saltar en la red social Twitter, indignación porque utilizaba la baja campaña de “humildad” que podemos esperar de cualquier candidato colorado o liberal. Esos que viven en mansiones, con camionetas blindadas, vacaciones 5 estrellas, y todo con sueldos de políticos (que no cierran las cuentas para nadie, pero eso es para otra Columna.)
¿Por qué alguien con actividad social de años debería ocultar su pasado?
Soledad Nuñez, es una de las pocas reales activistas sociales que está traspasando a la arena política, Soledad lideró la ONG TECHO PY, que tiene como objetivo erradicar los asentamientos precarios del país, darle un techo digno a familias que viven en la extrema pobreza, pobreza difícil de imaginar, donde no hay más que una letrina improvisada en la tierra, se duerme sobre cartón y el techo es alguna lona o cartel de propaganda de algún político.
¿Se equivocó su equipo de marketing, o es Soledad la que quiere recordemos su pasado activista?
Elijo creer en su militancia sincera y en ese pensamiento de mejora para todo Paraguayo que espera una vida digna y un país fortalecido. Pero no se preocupen por lo otro, que todavía lo tenemos al diputado “Bachi” Núñez con miras al senado y su: “nunca traslado en su vehículo particular un enfermo, nunca le pidieron ayuda para solventar gastos de sepelio” algo acostumbrado, enquistado, en el pensamiento político/hurrero, con mansión, 4×4 blindada y la gran foto en “modo humilde.”
