Educar en el Paraguay hoy significa todo un reto. Mientras que las autoridades siguen dando la espalda a problemas de conectividad y salud mental por parte de los chicos y sus familiares, la solidaridad ha sido la herramienta más poderosa de decenas de docentes que ponen todo su empeño para que niños y adolescentes tengan acceso a una educación de calidad.
Lucia García, profesora de la escuela pública Roberto Schaerer, comentó que “la realidad es muy compleja, en muchas familias solo hay un teléfono, imaginate que sos mamá, tenes 4 hijos y todas las tareas son a través del celular, creo que se debe repensar la situación desde lo más profundo”.
Agregó que en ocasiones los padres llegan del trabajo a las 18:00 o 19:00 horas y el profesor tiene que dar respuestas, incluso atienden sábados y domingos, procuran dar respuestas a todos en el tiempo que les piden.
“Hay que mirar también la coyuntura familiar, muchos niños y niñas vivían con la mamá y con la pandemia ahora viven con el papá o se fueron al interior con la abuela, porque ellos trabajan y no les pueden dejar solos encerrados y no tienen cómo pagarle a una niñera. ¿Cómo puede hacer seguimiento a los chicos una señora grande?, no es lo mismo que la mamá. El acceso a la tecnología y la disgregación familiar son las mayores limitaciones”, afirmó la docente.
Relató que los chicos le dicen a los profes “pronto tenemos que hacer la tarea porque mi mamá va a llevar su teléfono”. “No podemos ser inhumanos y decir que son las 20:00 horas y estamos descansando, no es así. Con esta pandemia se marcan más las diferencias, y aquellos niños en desventaja, social, económica y pedagógicamente hablando, lo sufren más. Un niño con problemas de aprendizaje necesita un maestro con él, hasta el momento somos insustituibles”, señaló García.
Destacó que se necesita volver a la escuela y están esperanzados en la vacuna, pero si no sucede es necesario proveer los medios tecnológicos para acceder a una educación en igualdad de condiciones.
EL NIVEL INICIAL
Si para los chicos que ya saben leer y escribir se les hace complicado esta nueva forma de interiorizar los contenidos, para los pequeños de nivel inicial es aún más costoso. Muchos profesores incluso hacen videos de cómo rasgar para que los padres le muestren a los pequeños.
Tania Páez, profesora del primer grado de la escuela pública Roberto Schaerer, refirió que “lo tomo como un reto, no como algo difícil, ya que de esta manera me voy exigiendo en el día a día. La experiencia es todo un desafío, es distinto al no poder estar con ellos, pues la profesión en sí es de relacionamiento, de formar y crear vínculos con los niños, y más con los pequeños”.
Agregó que los alumnos constantemente manifiestan el deseo de querer volver a la escuela, jugar con sus compañeros en el parque, estar en la clase. “A pesar de la situación no pierden esa alegría tan contagiosa, esas ganas de seguir aprendiendo, realmente son unos verdaderos héroes y me siento orgullosa de ellos”.
Por otra parte, la docente señaló que los padres manifiestan su apoyo continuo, lo que supone una gran ayuda. “Es una etapa de formación continua, se debe aprovechar al máximo, ya que están como se dice » con todas las luces prendidas » con todas las ganas, van procesando cada aprendizaje y por ende lo van aplicando. Es por ello que debemos estar atentos para ir estimulando y motivando cada proceso en esta etapa. Es más que importante no bajar la guardia y seguir apoyándolos en cada momento”, precisó la profesora Páez.
LA INCLUSIÓN SOCIAL
El Centro de Recursos Santa Lucía ayuda a los profesores de aula regular a que tengan una mejor didáctica para los chicos con discapacidad visual. Cada año apoya a más de 100 chicos y chicas, y en este 2020, a pesar de que todo ha sido de manera virtual, siguen luchando para que ninguno de los alumnos queden desamparados.
Melisa Morales docente técnica del Centro, acotó que “muchas de las plataformas que se usan actualmente no están adaptadas para personas con discapacidad visual, las profes que trabajan acá adaptan las materias y contenidos para que puedan llegar al chicos que no ven o que tienen baja visión”.
Reciben a pequeños desde la estimulación temprana (3 meses hasta los 4 años), con servicios gratuitos, hasta el noveno grado (15 o 16 años). Muestran el uso de herramientas como el ábaco para las matemáticas y materias compensatorias como orientación y movilidad para el uso del bastón, lo que supone un gran desafío porque todo lo están haciendo online, a la distancia, sin contacto directo con los niños.
“Se elaboran unos programas individuales de acuerdo a la edad y capacidad del chico para que vaya a la par de su compañero que sí ve. Cada año hacemos en el mes de febrero y marzo capacitaciones en las escuelas que los van a recibir y este año por cuestiones de la cuarentena no pudimos terminar las capacitaciones. Entonces los profesores tenían en su lista a los chicos, pero no le conocían y no sabían nada de como aprende el niño que no ve”.
Morales destacó que en muchas ocasiones se siente rechazo o susto, pero suele haber buena respuesta y experiencias de inclusión. “El chico que no ve necesita acompañamiento de cerca al empezar su escolarización. Hay una técnica que se llama mano sobre mano, pues con mi mano y su mano, mostramos qué es lo que va a hacer. Este 2020 capacitamos a los papás, mamás, tías, hermanitos, para que hagan las orientaciones”.
Además, proveyeron de celulares a algunas familias que no tenían recursos, para que así los pequeños pudieran continuar con sus clases. Explicó que a ningún niño se le puede negar la educación, no importa la condición que tenga.
“Necesitamos seguir trabajando y acompañando a esos profes que se sienten abandonados por el sistema y cuando reciben un niño con discapacidad se dan cuenta que no era tan complicado el susto pasa y se dan cuenta que el chico puede y tiene muchas herramientas si se les acompaña”.
SIN DIRECTRIZ CLARA
El profesor Vidal Ortega, secretario adjunto de la Organización de Trabajadores de la Educación del Paraguay Sindicato Nacional (OTEP-SN), en contacto con Radio 1000, precisó que hasta la fecha no hay una directriz clara por parte del Ministerio de Educación, los estudiantes están bajo estrés y manifiestan su total desinterés hacia las clases virtuales.
Expuso que esta situación de pandemia por el Covid-19 quebró aún más el sistema educativo que ya estaba deteriorado. “Sabemos que la situación estaba en crisis y en terapia intensiva, y con esta pandemia está quebrada la educación. Los chicos están perdiendo el interés. Es preocupante lo que está pasando”.
Argumentó que el Ministro Eduardo Petta habla arriba, en el aire, pero sin pisar la realidad. “Los chicos al principio hacían la tarea, pero ahora ya no. No encuentran más el sentido. En guaraní te dicen vyropama voi (es una macanada, tontería), no entendemos nada. Esa es la realidad”, lamentó el docente.
Foto Cortesía de Juntos por la Educación