Nadie puede negar la capacidad de las redes sociales de crear una ilusión de perfección donde o todo es emociones extremas y lujo, o bien calumnias, injusticias y demás miserias. Hemos normalizado que formen parte de nuestro día a día apenas al despertar de la cama, antes de ir a cepillarse los dientes o lavarse la cara, lo primero que se hace es revisar en el celular cualquier material que uno pueda encontrar en la red social de su preferencia.
Por lo general, quienes buscan el ocio en las redes son personas jóvenes, que suelen cumplir con la mayoría de edad, pero eso no evita que exista un grupo de menores que al haber ya nacido con internet y teléfonos inteligentes, usen de manera intensiva las redes sociales y aplicaciones móviles, bajo el control de sus padres o no. Son estos grupos que tristemente se han instalado en su cabeza la idea de que a mayor cantidad reacciones y comentarios, mayor felicidad.
Pero ¿Por qué es que ocurre esto? ¿Por qué hemos tolerado que adultos y jóvenes denigren a otros como a ellos mismos solo para ganar fama? Tal vez no exista una respuesta clara de porque hacemos famosos a gente incorrecta. Sabemos que los expertos en psicología dicen que en parte puede deberse a la presión social y necesidad de validación. Todos quieren que el resto lo vea a uno como alguien exitoso, feliz y perfecto, por mas de que no sea la realidad tras la pantalla.
Es precisamente en este punto donde resulta imposible no hacer una relación entre el mito de la caverna de Platón y cualquier red social de uso masivo. En la caverna, los prisioneros están convencidos de que las sombras que crea el fuego en la pared son la realidad, en las redes uno cree que las historias que se muestran son reales cuando en verdad solo son unos fragmentos de la realidad puestos de manera seleccionada. Creándose así ilusiones muy perjudiciales a corto y largo plazo.
También esta el asunto de la falta de perspectivas ya que, en la caverna, los presos no cuentan con más opciones que las sombras, resultando imposible ampliar su visión de la realidad. En las redes uno puede quedarse encerrado en sus celdas de información y así no tener en cuenta otros puntos de vista o verdades.
Es positivo comiencen a darse cuenta de que X (Twitter), TikTok o Instagram no son el mundo real. Al igual que en el mito de la caverna, hay personas que si logran escapar de la ilusión de la perfección y se animan a buscar la luz de la verdad y la autenticidad mediante un proceso de reflexión y critica. Hoy mas que nunca es necesario reflexionar sobre la información que obtenemos, la fuente de donde la obtuvimos como también ser críticos con lo que creamos y con que imagen lo presentamos.

Licenciado en ciencias politicas, editor y comunicador