Un artículo publicado por la BBC cuenta la historia de Nueva Germania en Paraguay, el fallido intento de la hermana de Nietzsche de crear una comunidad de raza aria alemana en Paraguay. A continuación el material publicado por el medio internacional:
En esta localidad hay nombres de calles relativos a personajes alemanes, una iglesia luterana, un museo con la historia del lugar y puedes ver a niños rubios de ojos azules hablando alemán.
Nada extraordinario. Aunque quizá si te digo que esos niños hablan también español y guaraní, y viven en un clima tropical en una zona conocida como la cuna de la yerba mate, esto te llame más la atención.
Bienvenidos a Nueva Germania, una colonia alemana situada en plena parte selvática de Paraguay. En ella viven algo más de 6.000 personas y la actividad principal es la agricultura.
Algunos de sus habitantes son descendientes de los primeros alemanes que llegaron a finales del siglo XIX para fundar la colonia. Hoy en día la comunidad de Nueva Germania pervive, aunque el concepto que inspiró su creación fracasó.
Una utopía aria
Para entender los orígenes de Nueva Germania tenemos que ubicarlos en el creciente clima antisemita que recorría Europa en la década de 1870.
En algunos círculos afloraban las ideas sobre pureza racial y sobre la creación de asentamientos fuera de la influencia judía.
De este ambiente formaba parte el compositor alemán Richard Wagner, un reconocido antisemita, así como el profesor Bernhard Förster y su esposa Elisabeth Nietzsche, hermana del filósofo Friedrich Nietzsche —por cierto, opuesto a la ideología de su hermana—.
“La idea inicia con Richard Wagner”, le dice a BBC News Mundo el antropólogo polaco-alemán Jonatan Kurzwelly, quien desarrolló su tesis sobre la identidad en Nueva Germania.
“Hay que entender un poco el contexto histórico europeo. Eran tiempos de un incremento del antisemitismo, sobre todo en Alemania, en conjunto con dos sucesos el crack de la bolsa en Viena, que causó una crisis económica, y los pogramos en el Imperio ruso, los ataques contra los judíos que causaron una gran ola de inmigración”.
“En esa época, en casa de Richard Wagner se encontró Elizabeth Nietzsche con su futuro esposo, Bernhard Förster”, agrega Kurzwelly.
“Y ahí supuestamente Wagner soltó la idea de que se debería construir una Nueva Germania fuera de Europa, porque Europa ya estaba bajo demasiado control judío”.
El matrimonio compuesto por Förster y Nietzsche llevó esa idea a la práctica y esa utopía racista de crear una comunidad aria fuera de Alemania se materializó —brevemente— a decenas de miles de kilómetros.
De Alemania a Paraguay
Förster estuvo viajando solo por Paraguay entre 1883 y 1885. Pero ¿por qué ese país?
Había pasado poco más de una década desde el final de la Guerra de la Triple Alianza (1864-1870).
“Paraguay era un país totalmente destruido, sin recursos económicos y con una una deuda de guerra gigantesca”, le dice a BBC Mundo el historiador y gestor cultural paraguayo Fabián Chamorro.
Ante ello, “había una política de traer inmigrantes”.
Además, en Paraguay ya existía una colonia alemana, la de San Bernardino (aunque no tenía nada que ver con la utopía aria de Förster).
Viajando por el país, Förster eligió el lugar donde quería ubicar su colonia: una zona remota y de difícil acceso —en lo que hoy es el departamento de San Pedro—, en el margen del río Aguaray y a unos 300 km de la capital, Asunción.
“Lo que no sabemos es por qué eligió un lugar tan hostil. Hasta hace apenas 10 años era difícil llegar”, dice Chamorro.
Negoció con el gobierno paraguayo y llegaron a un acuerdo en el que el Estado le cedía la tierra a Föster a cambio de que este trajera 140 familias europeas en dos años. Si las traía, la tierra pasaba a ser propiedad de los colonos.
De vuelta en Alemania, Förster se casó con Elisabeth.
En 1887 ambos viajaron a Paraguay, junto con varias familias alemanas más, y fundaron Nueva Germania.
Su sueño era claro: crear un área donde poner en práctica sus ideas utópicas sobre la superioridad de la raza aria, lejos de la influencia de los judíos, a quienes despreciaba.
En algunos reportes se habla de que llegaron 14 familias, aunque el dato no es fácil de verificar, señala Kurzwelly, citando la tesis doctoral de Daniela Kraus.
“Hay que distinguir entre el número de familias que se subieron al barco en Hamburgo, el número de familias que llegaron a Paraguay y los que se mudaron a Nueva Germania”, indica el antropólogo.
Los problemas
Sin embargo, la vida en la colonia y la adaptación al lugar no fue fácil, y pronto empezaron los problemas en Nueva Germania.
“Esa zona tiene clima tropical y hace un calor húmedo terrible”, dice Chamorro.
“Se encontraron con una tierra hostil, no es que se pudiera plantear cualquier tipo de alimentos”.
Y además, agrega el experto paraguayo, no eran agricultores, no tenían experiencia de trabajo en el campo, sino que era gente que se escapaba también por la situación difícil que estaban viviendo en Alemania.
Además, Förster decidió fundar la colonia muy lejos de la capital, aunque “Elizabeth sí que quería que estuviese más cerca de Asunción y de San Bernardino”, dice Kurzwelly.
Y, sobre todo, tenía muchos problemas financieros.
La pareja era quien gestionaba todo, incluidos los precios de los productos que luego se vendían en la capital, explica el antropólogo. “Realmente era un intento privado de la pareja”.
Además, Förster vendía tierra que aún no le pertenecía según lo acordado con el gobierno paraguayo. Pero al inicio la tierra no le pertenecía legalmente, él tenía el uso de la misma para poder formar una colonia.
“Él esperaba que la tierra iba a ser suya”, dice Kurzwelly. “Realmente creo que estaban ilusionados con el sueño de que miles y miles de familias les iban a seguir”.
Y la relación de los colonos con la pareja fue empeorando. “Förster pasaba cada vez menos tiempo en la colonia y Elisabeth cada vez más, se ocupaba del manejo de la colonia”.
El fin del sueño de los Förster-Nietzsche
Las noticias de lo que ocurría en la colonia acabaron llegando a Alemania, a través de cartas o de colonos que regresaron al país. En algunas misivas se le acusaba a Förster de estafador.
“Hay algunas cartas que dicen, por ejemplo, que había sido un error ir a Nueva Germania”, cuenta Kurzwelly.
Y así es como nunca llegó un segundo contingente de alemanes y Förster nunca pudo cumplir con el compromiso de traer 140 familias.
Al final, él acabó yéndose a San Bernardino, dondemurió en 1889.
“Hay dos teorías, la mayoría de gente dice que se suicidó, pero no se sabe a ciencia cierta. El reporte médico decía que sufrió un infarto. Se dice que el reporte médico fue falsificado por Elisabeth, pero no se puede comprobar”, explica el antropólogo alemán.
Elisabeth viajó a Alemania, y aunque regresó a Nueva Germania, los colonos ya no la aceptaron y se instaló definitivamente en su país en 1893 para cuidar a su hermano enfermo.
Tras la muerte del filósofo en 1900, obtuvo los derechos de sus manuscritos y rechazando el acceso público a las obras, las editó y distorsionó.
Fue simpatizante del nacionalsocialismo y a su funeral en 1935 asistieron Adolf Hitler y otros dignatarios nazis.
Después de su muerte, expertos reeditaron los escritos de Nietzsche y hallaron las distorsionadas versiones de Elisabeth: falsificó casi 30 cartas y reescribió varios pasajes.
Y es así como falló esta utopía aria.
“Nueva Germania no fracasó como colonia, pues sigue hasta el día de hoy. Lo que fracasó es el sueño racista de Förster”, puntualiza Kurzwelly.
“Lo que hay que tener en cuenta es que el sueño racista era de él, de Elisabeth y quizá de una o dos familias más”.
“Otros, en esa época en la que había gigantescas olas de emigración a las Américas, lo único que querían era irse y construir nueva vida, y la idea del organizador detrás de esa emigración quizá les importaba menos”, añade el antropólogo.
Nueva Germania hoy
El origen alemán de esta localidad aún es visible, gracias a “las cuatro o cinco familias alemanas originales que se quedaron y que tuvieron descendencia”, dice Chamorro.
“Hoy en día puedes ver a chicos rubitos hablando guaraní”.
En Nueva Germania se hablan tres lenguas. El guaraní y el español, que son los idiomas oficiales en Paraguay, y el alemán, que usan las familias de ascendencia alemana.
“El alemán que se habla muchas veces se mezcla con el español”, cuenta Jonatan Kurzwelly, quien vivió durante un tiempo en Nueva Germania para hacer su tesis.
El antropólogo explica que existen conexiones con Alemania en la actualidad. “Algunas personas se fueron un tiempo a viajar o a vivir a Alemania”.