La capital de Paraguay, nuestra ciudad, siempre caracterizada por sus tradiciones, la fuente de inspiración de artistas nacionales, con versos, polcas y melódicas guaranias como la de Luis Alberto del Paraná que dice: “Asunción, que distante tus recuerdos van quedando para mi”; en la lejanía, se la echaba de menos por su hermosura, gracias a sus cuidados, engalanada de bellos rincones y espacios verdes, ¡qué agradable fue palmear por el microcentro!
Quedaron en el olvido, salir a las calles con seguridad, aquellas plazas repletas de niños corriendo y jugando, de gente tomando tereré por las veredas limpias, de espacios de arte como la música, el teatro y lugares de distracción. Aquellos tiempos que se regresaba de algún u otro viaje, la emoción de pasar por la Avenida Mcal. López, yendo para el centro de la ciudad, apreciar las flores de distintos colores, con faroles que iluminaban las calles, reflejaban a una Asunción tan armoniosa y alegre. De poder decir: ¡qué gusto! ¡volví a mi ciudad, a mi casa!.
En la actualidad, tenemos un “intendente” (con minúscula), tan improvisado e incompetente, que, desde ser farandulero y mediático, y trepando a través de una estructura política, hace posible que hoy esté ocupando el cargo. Sin embargo, a pesar de las denuncias de conocimiento público, acerca de irregularidades detectadas en relación a los gastos de emergencia por pandemia como : “el detergente de oro”, y de ciertos acomodos a sus simpatizantes dentro de la Municipalidad que se denuncian en las redes sociales, vemos una ciudad descuidada; a modo de comentario: en varias oportunidades le solicité “una sola señal de tránsito”, a raíz de varios accidentes en una esquina bastante transitada, hizo caso omiso, las señales de tránsito no están bien definidas, la ciudad continúa “sucia”, solo basta observar algunos espacios públicos con basurales, aguas servidas con olores insoportables, calles llenas de baches, el microcentro está desierto, sin iniciativas de reactivarlo. Se suma a lo citado anteriormente, y para burla de los asuncenos: una ornamentación en la Plaza de la Democracia, que está hecha de cubiertas en desuso, ¿será en honor a todas las cubiertas que se fundieron por culpa de los baches?.
Es una pena, ante la visita de extranjeros, expone a la capital de nuestro país, una ciudad con falta de cuidados, pero confirma cada vez más su inoperancia, a pesar del uso de poder y de la soberbia que refleja en su actuar, quedará el recuerdo como una marca registrada, de simplemente “la decepción de la mayoría de los paraguayos”.
A nadie le gustaría tener ese título.