“Prácticamente está devastado el SEME, cada vez estamos peor y es una verdadera lástima que las autoridades tengan que dejar que el caiga de la forma en la que lo está haciendo”, denunció Alma Amarilla, secretaria nacional del Sindicato del Servicio de Emergencias Médicas Extrahospitalarias (SEME).
Comentó que el SEME no es nada de lo que fue antes, ya no están en las calles, se tercerizó gran parte de los servicios, y los trabajadores vive con el miedo de perder su trabajo porque si el SEME termina ¿qué pasará con ellos?
“Yo tengo esperanza de repuntar de nuevo, pero para eso hay que tener voluntad política y levantar al SEME de las cenizas”, señaló Amarilla.
Asimismo, apuntó que no cuentan con material para la desinfección de los móviles ni cuentan con lugares dónde lavarlos.
“Nunca tuvimos y nadie se ocupó de eso. Si lo hacemos es porque compramos con la plata que sale de nuestros bolsillos, conseguimos detergente, ayudín, para ir paliando la situación de lo contaminado, pues tenemos que seguir adentro de esos móviles”, aseguró.
Tampoco cuentan con un lugar dónde desechar sus residuos y asilarlos, por eso los dejan en los hospitales, ya que están contaminados. El servicio de emergencia no tiene un taller y la flota de vehículos recorre 40 kilómetros todos los días, se debe hacer mantenimiento.
“Corremos riesgo encima de vehículos en mal estado”, señaló Amarilla, quien también denunció que los aparatos biomédicos están obsoletos, marcan cualquier cosa”.
Por otro lado, actualmente existen 400 personas trabajando en el servicio, pero 250 son operativos, de blanco, que trabajan sobre 4 ruedas. “El peligro ante esta pandemia nos tiene preocupados. La mayoría de los trabajadores cayó enfermo y también hubo muchas muertes”, expresó la funcionaria.
Continuó diciendo que no hay un servicio tan sensible e importante como el SEME, el privado cuenta con ambulancias, pero no tiene el mismo personal preparado.
“No quiero pensar que están reinando intereses creados. Si le ves al SEME en 3 años cayendo sin parar, te da qué pensar. Encima tenés un presupuesto destinado, una parte va a salarios, y el resto no sabemos a dónde. Vivimos de donaciones, que en muchos casos no sabemos qué pasó de ellas, se hacen compras de heladeras, bebederos y yo priorizaría la parte operativa, que es la ambulancia y las cubiertas, con un mantenimiento en tiempo y forma”.
Además, destacó que ya los uniformes no son los de antes. Los funcionarios compran sus uniformes con su dinero y ya no son de la misma clase.
“Se terminó ese uniforme que era reconocido. Se usa nuestra plata a diestra y siniestra y no sabemos por qué”, lamentó.
Amarilla mencionó que hay 10 vehículos hoy en las calles, pero se necesitan mínimo 30. “Los donados por Itaipú y Yacyretá no sirven para nada, están descompuestos, 3 sirven como UTI y tienen desperfecto y 2 son utilizados para la parte de pediatría”.
Finalmente, pidió encarecidamente a las autoridades, al Ministro de Salud, que se les pueda comprar las ambulancias para poder seguir adelante y se cambien los aparatos biomédicos que ya pasaron vida útil.
“No tenemos droga para trasladar pacientes críticos, debemos pelearnos en las terapias para que nos den atracurio, y tenemos vida en las manos”, concluyó Amarilla.