El viernes 31 de marzo del 2017, ante las manifestaciones en contra de la enmienda constitucional, Hugo Velázquez, actual vicepresidente de la República y en ese entonces presidente de la Cámara de Diputados, decidió desconvocar a la sesión extraordinaria prevista para el día siguiente sábado.
La sesión prevista tenía como intención tratar el proyecto de enmienda constitucional. Con el aplazamiento hasta el siguiente martes, Velázquez buscó traer “calma y tranquilidad” a la ciudadanía según sus propias declaraciones.
A continuación revive los hechos de aquel episodio político trágico para nuestro país, que acabó con la vida de un joven dirigente liberal.
¿Qué recuerda del 31 de marzo del 2017?
La crisis política en Paraguay de marzo del 2017 la generó el entonces presidente Horacio Cartes, al intentar modificar la Constitución Nacional y así intentar forzar su reelección.
Varios legisladores nos opusimos ante este atropello a la democracia que representaba ese intento que finalmente fue fallido.
La intención de cambiar la Carta Magna para beneficio de un sector, motivó una serie de protestas iniciadas en aquel marzo de 2017, que motivó una revuelta popular donde manifestantes incendiaron el edificio del Congreso, recuerdo incluso que el diputado Édgar Acosta recibió disparos de armas de persuasión que hasta le desfiguró el rostro y que el 31 de marzo desembocó en la trágica muerte de Rodrigo Quintana dentro del propio predio del PLRA a manos de la Policía Nacional, hecho que hasta la fecha no fue esclarecido en su totalidad.
También recuerdo que hasta la comunidad internacional se manifestó en contra de los que no respetaban la institucionalidad de la República.
Cartes y sus aliados políticos de ese entonces, buscaron vía enmienda constitucional imponer la reelección presidencial.
Finalmente, después de todos estos hechos, se logró que Cartes renunciara a su intención de violar la Constitución.
La Cámara de Diputados, que yo presidía, rechazó el proyecto de enmienda constitucional de reelección presidencial.
Sin duda, lo que ocurrió a finales de marzo del 2017 y la tensión que se extendió por algunos días, fue uno de los pasajes más oscuros en la vida política del Paraguay democrático, y por sobre todo expuso a la luz, a quienes son capaces de cruzar los límites para expandir sus intereses empresariales y están lejos de buscar el bien de todos los paraguayos.
Ni la dictadura stronista se animó a tanto, y me refiero al hecho de haberse atropellado a balazos por parte de la policía la sede de un partido de la oposición, apagando la joven vida de un dirigente que estaba luchando por la democracia y sus ideales.
Como dije, hasta hoy, su familia y toda la ciudadanía claman justicia por esa sangre derramada.
Además de la movilización ciudadana y la posición firme de la Presidencia de la Cámara de Diputados a mi cargo, en defensa de la Constitución Nacional, postura que luego me costó la titularidad de la Cámara Baja, también fueron de importancia la mediación del papa Francisco, quien pidió evitar “toda violencia” y abogó por buscar “soluciones políticas” y también de la Embajada de Estados Unidos, que conjugando la preocupación internacional llamó a la calma y pidió el respeto a los procesos democráticos e institucionales.
Para mí fue un orgullo, en mi carácter de presidente de la cámara de Diputados, ser quien anunció el rechazo de la enmienda, lo que trajo paz y tranquilidad a toda la población después de varios días de tensión.
¿Cómo ve hoy la democracia y la institucionalidad en Paraguay tras ese evento?
Veo una democracia fortalecida, con una ciudadanía atenta ante cualquier atropello que pueda resultar en un retroceso.
Lo ocurrido en marzo del 2017 fue una muestra de que aquellos sectores empresariales y políticos que busquen un camino diferente a las instancias democráticas tendrán un muro en la propia ciudadanía que los hará retroceder.
Por eso es tan importante luchar por las instituciones, y que las mismas no sean usurpadas por grupos de “patrones” empresariales que buscan solo proteger sus intereses económicos y sus ganancias por sobre el bienestar del pueblo.
Hay una lucha que comenzó en ese marzo del 2017 por el resguardo de las instituciones del Estado que perduran en la actualidad.
Justamente, el Gobierno de Mario Abdo Benítez y Hugo Velázquez venció en el interior de la ANR ya en ese año al grupo liderado por Horacio Cartes, esa batalla sigue, continua y la volveremos a ganar en este diciembre.
El plan de copar estamentos estratégicos del Estado para conseguir impunidad e información sensible para beneficio propio debe acabar de una buena vez, porque eso solo beneficia a los patrones y no al pueblo.
¿Cómo ve el avance de la Justicia en relación a la investigación del caso, teniendo en cuenta que aún no se sabe quién dio la orden del atropello a la sede del PLRA?
Muy poco se avanzó en el caso de los hechos ocurridos en 2017. El atropello al PLRA y el asesinato del joven dirigente liberal Rodrigo Quintana, sin dudas un mártir de la defensa democrática, es una deuda pendiente que buscaremos saldar.
La fiscalía no llegó nunca a los responsables directos porque nunca investigó a fondo el tema. Por eso nuestra postura sigue siendo la necesidad de sanear las instituciones como el Ministerio Público, donde la influencia de un sector político se hace más que evidente, eso sólo genera impunidad y a la larga un quiebre del estado de derecho.
Acabar con el privilegio y la impunidad que otorgan los órganos extra poderes a las mafias debe ser el norte a seguir, en esta lucha que recién empieza.
