El número de consultas médicas e internaciones que registra el sistema de salud público crece peligrosamente, los virus respiratorios arrasan entre la población pediátrica y la demanda de camas de terapia intensiva se duplica, pese a las limitadas unidades que ya existían en los hospitales y, hoy, se encuentran prácticamente ocupadas en un 100%.
Actualmente, la falta de camas de terapia intensiva y recursos humanos especializados para atender a la población pediátrica se suman a la lista de precariedades, coinciden diversos profesionales de la salud.
Graficando la realidad del sistema sanitario actual, que se encuentra saturado por los virus respiratorios, el director médico del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias y del Ambiente Juan Max Boettner (Ineram), Luis Báez, señaló que el centro asistencial registra un aumento “importante” de consultas por afecciones respiratorias en pediatría.
“De 80 a 100 consultas por día, pasamos a 280 y a 300. La Unidad de Terapia Intensiva Pediátrica está llena, porque también se reciben a pacientes de distintos puntos del país. En esta área teníamos 12 camas, de las cuales 4 están ocupadas por pacientes crónicos”, relató.
Si bien entre los adultos también aumentaron los cuadros respiratorios, el Hospital está “más preparado” para hacer frente al incremento entre los mayores debido a que el Ineram cuenta con un pabellón de contingencia respiratoria que se instaló durante la pandemia, detalló el director médico.
Por el momento, autoridades del hospital buscan aumentar el número de camas disponibles para los niños y adolescente, aunque este incremento se encuentra en manos del Ministerio de Salud, señaló Báez.
MÁS CAMAS
PEDIÁTRICAS:
UNA NECESIDAD DE ANTAÑO
El director del Hospital Pediátrico “Niños de Acosta Ñú”, Pio Alfieri, recordó que durante los últimos dos años se tomaron los recaudos necesarios para prevenir el Covid-19 y, debido al aislamiento social, no hubo esos brotes anuales de influenza y o bronquiolitis.
“Las primeras semanas del brote de mayo fueron muy fuertes, con muchos casos, lo que obligó a habilitar nuevas camas, con pocas posibilidades de recibir pacientes de afuera, pese a que somos un centro de recepción. Las urgencias mismas ya ocupaban todo, aunque en los últimos cuatro días la situación se suavizó”, explicó.
Entre las afecciones más comunes, el doctor Alfieri resaltó que la bronquiolitis y la influenza coparon las salas de pacientes.
“Detrás de todo eso viene la neumonía como complicación. La primera causa de muerte en nuestro país son las enfermedades respiratorias por esta infección que complica los cuadros virales”, alertó.
En esta misma línea, el doctor enfatizó que el número de camas de internación tuvo que ascender a 150, de las 110 que se encontraban disponibles, para dar respuesta al gran número de pacientes que acudía.
“Se habilitaron camas de terapia hasta en los pasillos, pero en este momento todo está más tranquilo, ojalá se mantenga, tras la explosión de mayo, se está atenuando la problemática. En ese entonces, las consultas en Urgencia llegaron a 500, de 300. Ahora están de vuelta en 350. Llegamos a internar 40 pacientes por día”, comentó.
Desde hace más de 10 años persiste en el sistema sanitario el déficit de camas pediátricas en relación a las necesidades de la población, resaltó el director del Hospital “Niños Pediátricos de Acosta Ñú”.
“Estamos con la construcción de un centro que terminará en dos o tres meses de 26 camas de terapia intensiva, porque el déficit está desde hace más de una década y hay que abrir más camas en proporción a la población que tenemos y los nacimientos que hay anualmente”, explicó.
Debido a que el sistema sanitario se encuentra nuevamente estresado ante la ola de cuadros respiratorios, el doctor Pío Alfieri instó a los padres a “ser contundentes con la prevención”, mantener hábitos de higiene como el lavado de manos y, por sobre todo, no exponer a los recién nacidos o niños menores de dos años al frío o lugares públicos con escasa ventilación.
“Por supuesto, hay que insistir con las vacunas de la influenza y, sin lugar a dudas, la vacuna del neumococo que debe estar al día. Son pocas cosas, pero la suma de todas estas puede contribuir notablemente a disminuir los casos graves”, remarcó.
VIRUS TAMBIÉN ARRASAN
EN EL INTERIOR
El doctor Juan Andrés del Puerto, vocero de los Médicos Residentes Rurales, expuso que el colapso del sistema sanitario se percibe con más fuerza en el interior a raíz de la carencia de insumos y camas hospitalarias.
“Por ejemplo, en el Hospital Distrital de Santaní, en marzo fueron atendidos en urgencias 376 niños, en abril 1029 y cerrando mayo 1000. Estamos nosotros ahora atravesando una epidemia, utilizando los recursos que tenemos y el Gobierno está respondiendo mediante un plan de acción de dotar mayor personal a grandes hospitales”, refirió.
En medio del colapso, lastimosamente, muchos niños fallecen esperando un lugar en UTI o durante el traslado hacia Asunción, relató del Puerto.
“La mayoría de veces el problema está en la incapacidad del centro de salud debido a que no se cuenta con aspiradores de secreción u oxígeno, cuesta mucho dar asistencia. En algunos hospitales hay que comprar cánulas nasales, mascarillas con reservorio. Podríamos dar mayores soluciones en el interior y evitar un colapso hacia Asunción y Central, si contáramos con mayores recursos para tratar a estos niños”, sentenció.
En la otra cara de la moneda, en los hospitales rurales se registran muchos casos de pacientes pediátricos que llegan en grave estado a las consultas en los servicios de urgencias, porque los padres primero optaron por llevar al niño con el empírico, o médico ñana, que provee infusiones que solo agravan el cuadro.
“Por este motivo, tratamos también de enseñar a la población a través de los medios de comunicación como son las radios comunitarias acerca de cómo ayudar a sus niños y cuándo acudir al hospital”; concluyó.