Esta semana el Foro Económico Mundial, en un artículo se hizo eco del estudio publicado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) sobre la ineficiencia en el gasto público de los gobiernos de América Latina y el Caribe. En el informe Paraguay ocupa el noveno puesto, con US$ 1.560 millones en derroche de recursos, lo cual equivale al 3,9% del PIB actual.
Para determinar este índice, el BID identifica tres grandes fuentes de ineficiencia presentes, en mayor o menor grado: compras públicas, es decir problemas en selección de proyectos de inversión adecuados o corrupción; transferencias monetarias a los ciudadanos, pues muchas veces los receptores no son los que más las necesitan. A estos se suman los salarios públicos, dado que los sueldos de los funcionarios del Estado representan un porcentaje mayor del presupuesto público.
Según el organismo multilateral, el mal uso del dinero público en América Latina y el Caribe genera un despilfarro total de US$ 220.000 millones, equivalentes a 4,4% del PIB de la región. La cifra derrochada sería suficiente para poner fin a la pobreza extrema de todos los países pertenecientes a esta parte del mundo, de acuerdo al análisis.
El economista y excanciller nacional, Rubén Ramírez Lezcano señaló en entrevista con Benjamín Fernández Bogado en radio Libre, que el hecho de que el banco al que más debe Paraguay reconozca un malgasto de US$ 1.560 millones, equivalente a casi el 4% del PIB, es un llamado de atención y que, de hecho, ya se venía advirtiendo desde hace tiempo.
El profesional manifestó que ese monto implica la estructura de déficit fiscal que tuvo Paraguay durante los últimos 10 años, que el año pasado terminó en un 2,8% del PIB. Mencionó, además, que con la reciente reforma fiscal solamente se ha contemplado la parte tributaria y no la presupuestaria.
Según señaló, eso implica que los ciudadanos pagarán más impuestos por la misma pésima calidad de bienes y servicios que hoy reciben. El economista sostuvo que la mayor pérdida de los recursos financieros se da por la política, es decir, para el funcionariado del Estado que absorbe más del 76% de los impuestos y lo destina a los salarios.
“Esto implica de que la calidad de la democracia cada día más está amenazada de no satisfacer las necesidades y las voluntades de los paraguayos para desarrollarse en un ambiente de inclusión social y de equidad”, indicó.
Añadió que gran parte de los recursos que se despilfarran no corresponde solamente a salarios. Puso como ejemplo los fondos del Fonacide, cuyos propósitos establecidos por ley tampoco se cumplen. Enfatizó en que este problema involucra a todos los poderes del Estado.
El estudio del BID hace especial énfasis en lo referente a las compras públicas. El economista dijo que en esta área es en donde se debe dar un seguimiento, y que a través de la mejora de la transparencia, que el Estado paraguayo adquiera bienes y servicios al mejor precio posible, de una manera ordenada y estableciendo mecanismos de evaluación.
Por otra parte, Lezcano mencionó que en lo que refiere al malgasto en la remuneración de los empleados se debe establecer métodos organizacionales fundamentales de cada dependencia, de manera a evaluar la calidad y el talento del capital humano.
“Si comparamos de acuerdo con los indicadores de la Dirección General de Estadísticas, Encuestas y Cencos (DGEEC) vemos que el sector público tiene una remuneración mucho más elevada que el sector privado lo cual no solamente genera un mayor gasto por parte del contribuyente en un destino que no genera resultados y beneficios de en contraprestación del pago de los impuestos sino que además genera una presión enorme sobre el pago de los salarios del empleo privado”, manifestó.
«Esto implica que la calidad de la democracia cada día más está amenazada de no satisfacer las necesidades y las voluntades de los paraguayos».
RUBEN RAMÍREZ LEZCANO
ECONOMISTA Y EXCANCILLER NACIONAL