Probablemente sea natural asumir que las personas siempre consumirán contenido en algún tipo de caparazón físico, no solo porque instintivamente otorgamos más valor a los bienes físicos que a los digitales, sino porque siempre habrá una demanda para marcar una independencia de las grandes corporaciones que nos saturan con contenido digital.
Según la Asociación de la Industria Discográfica de Estados Unidos, las ventas de álbumes de vinilo crecieron 12,9% en términos de dólares a US$224 millones y 6% en términos unitarios a 8,6 millones en el primer semestre de 2019, en comparación con los primeros seis meses de 2018. Las ventas de discos compactos (CD) se mantuvieron constantes, y si la dinámica actual continúa, los discos a la antigua pronto superarán los CD, compensando así la disminución en otras ventas físicas de música. Los ingresos por transmisión crecieron más rápido por razones obvias: es más barato y más conveniente. Pero la gente claramente no está dispuesta a renunciar a una tecnología que no ha cambiado mucho desde la década de 1960.
En 2018, las ventas de libros de tapa dura en EE.UU. aumentaron 6,9%, las de libros de tapa blanda 1,1% y las de libros electrónicos cayeron 3,6%. El número de títulos de revistas impresas publicados en EE.UU. aumentó a 7.218 desde 7.176, según Association of Magazine Media. Estas son más revistas que las que EE.UU. tenía en 2009. A pesar de los estragos que la revolución digital causa en las redacciones, la gente sigue sacando nuevos títulos, y 96% de los ingresos por suscripción de la industria de las revistas aún proviene de las ediciones impresas, y digital cubre el resto.
Una explicación podría ser que, como escribieron Ozgun Atasoy de la Universidad de Basilea y Carey Morewedge de la Universidad de Boston en un documento basado en una serie de experimentos, las personas están más dispuestas a comprar bienes físicos que los digitales equivalentes, y probablemente a pagar un precio más alto por ellos. De tener la opción, la gente preferiría tener un LP de vinilo que su imagen digital en la nube en algún lugar; es solo que la opción no existe la mayor parte del tiempo. Atasoy y Morewedge escribieron que el efecto se explica principalmente por la “propiedad psicológica”: es difícil para las personas sentir que poseen algo que no pueden tocar físicamente. La industria discográfica se deshizo de la fabricación de vinilos cuando aparecieron los CD. Las grandes cadenas de tiendas dejaron de vender LP. Pero los pequeños productores y las tiendas de discos que también funcionan como centros comunitarios han mantenido viva la cultura y el formato