Así como lo vimos, Mario Abdo Benitez tomó vuelo (privado) al Vaticano acompañado de una comitiva de más de 15 personas. Desde acá podemos decir que es una vergüenza que más de 15 personas partan rumbo a Roma, cuando eso significa hoteles 5 estrellas para todos, sumado a los viáticos por doquier, todo este despliegue de derroche cuando un 26,9 % de la población del país esta sumergida en la pobreza.
Aunque después de tanto revuelo el encargado de protocolo de la presidencia salió a decir que los integrantes de la gran y larga comitiva costearan sus propios pasajes (si, el de San Paulo, Brasil, a Roma; porque el de Asunción a San Paulo es privado y lo pagamos nosotros) pero los viáticos y el hotel, pagados por el pueblo. Una burla para la gente que paga todos estos lujos de la realeza paraguaya, de un país laico. El mismo país que tiene entre uno de sus viajeros al director de la Entidad Binacional Yacyreta, Nicanor Duarte Frutos y esposa, quienes profesan la religión protestante y durante su presidencia (2003-2008) nunca asistió a una misa en Caacupé, de hecho fue el único presidente que nunca asistió a la misma.
Alguna vez se pusieron a pensar qué ventaja le puede dar al país que esta elite se vaya a ser turismo 5 estrellas con la plata de Doña Rosa o Don Juan, que apenas llegan a fin de mes con dos trabajos cada uno.
Pero vayamos a nuestro título, Abdo se fue de paseo a Roma y así es como subió de presidente en ejercicio, el vicepresidente renunciado por un tiempito, cuando vino el viento norte y lo llamó corrupto y de querer sobornar por más de un millón de dólares a un funcionario, el mismo que al final decidió no renunciar, el significativamente corrupto Hugo Velázquez.
¿Cómo quedamos al Mundo cuando alguien nombrado y visto así, llega a la presidencia momentánea? ¿Tan necesario era el viaje del presidente Abdo?