Hablar de crímenes de Lesa Humanidad, en cualquier ámbito, tocan una fibra sensible en toda persona decente. Muchas veces pensamos que las redes sociales son momentos de reflexión, alegría, enojo de nuestras vidas, plasmados en las mismas sin darle tanta importancia a lo que tecleamos. Y es así como una usuaria partidaria de una facción política tuvo el triste comentario de reivindicar el Plan Cóndor.
Quizás fue una nula cultura, falta de información o simplemente imposible de entender su aprobación cuando tecleando enojada por la reciente elección en las urnas de los ciudadanos colombianos, puso: “la izquierda criminal se volvió a reinventar, en los 70 el Plan Cóndor ayudó a parar su avance.” Las notas de desaprobación por parte de internautas no faltaron, y no solo fue comentado por aquellos que vivieron ese escabroso momento, sino por jóvenes que apasionados por la lectura de la historia, dieron cátedra admirable.
El Plan Cóndor fue establecido el 28 de noviembre de 1975 en una reunión realizada en Chile entre Manuel Contreras, jefe de la DINA (policía secreta chilena), y líderes de los servicios de inteligencia militar de Argentina, Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay.
A partir de 1976, la DINA chilena y la SIDE (Argentina) llevaron adelante el Plan Cóndor.
En 1992 todo salió a luz cuando José Fernández, un juez de Paraguay, visitó una comisaría en Lambaré para buscar archivos de un ex preso político. En su lugar encontró lo que se conoció como los Archivos del Terror, donde se detalla el destino de miles de latinoamericanos secretamente secuestrados, torturados y asesinados por los servicios de seguridad de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay.
El Plan Cóndor asesinó a unos 50 000 opositores políticos en Latinoamérica (30 000 de ellos desaparecidos) y apresó a alrededor de 400 000.
No haberlo vivido puede darte la impresión de algo distante, pero no saberlo da la falta de cultura en la que estás.