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De cerebros pandémicos

El Covid afecta nuestra salud y por ende nuestra vida, lo que indica la urgencia del cuidado que debemos tener para poder vernos salvados de su interés en destruirnos. 

La enfermedad del coronavirus o Covid-19 en inglés, afecta a varios órganos de nuestro cuerpo como por ejemplo los pulmones hacia otros órganos como el corazón, el hígado, los riñones y partes del sistema neurológico, de acuerdo al estado en el que se encuentran los infectados puede  ser mortal como ya lo demostró en casi 5 millones de seres humanos.

El cerebro humano es una de las máquinas más complejas del mundo que a través de los sentidos va absorbiendo y guardando información desde que despertamos hasta dormir para ir procesando para que forme parte de los 6.000 pensamientos por día que llegamos a producir según los investigadores neurológicos.

Podemos aprender a enfocarnos mejor, pero necesitamos pensar en la atención de manera diferente. No es algo que podamos elegir hacer. Tenemos que entrenar el cerebro como un músculo. Específicamente, con breves ráfagas de ejercicios diarios. Lectura, escritura, juegos de mesa que impliquen concentración, diálogos  con contertulios que desafíen a meditar respuestas y no perder el tiempo.

El estrés crónico y los largos ratos de confinamiento no solo han afectado nuestra capacidad de memoria y concentración, sino el hecho de haber quebrado nuestra condición de seres gregarios o la tendencia de vivir agrupados con otros congéneres formando manadas, cardúmenes, colonias o, en el caso del ser humano, grupos sociales para evitar contagios también llega a golpear nuestra mente.

El estrés mata neuronas, lo cual afecta a  la memoria, dificulta las tareas de aprendizaje y reduce la capacidad de concentración. El tamaño del cerebro y su estructura pueden verse modificados como consecuencia del estrés. También se pueden generar problemas mentales.

Por este motivo se sugiere que aún aislados tengamos una vida sana, trabajando el cuerpo con ejercicios físicos, alimentándonos sanamente, conectándonos con seres queridos y Dormir lo suficiente.

Este hábito hace posible incluso regular la existencia del estrés en nuestra vida y dando el oxígeno necesario a nuestra masa encefálica. Son algunos de los hallazgos que tenemos que aprender en este doloroso proceso.

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