Entre el miedo y la desesperación del público tras el Ja’umina Fest, que dejó un saldo de dos fallecidos y cinco heridos luego de la balacera, los asistentes lamentaron la falta de control de los organizadores del evento, que no habrían controlado ni siquiera la tarjeta de vacunación como parte del protocolo sanitario.
De hecho, a raíz de la escasez de las verificaciones pertinentes, se permitió el ingreso del arma de fuego que se utilizó para acabar con la vida de Marcos Rojo Mora y la influencer Vita Aranda.
Para desarrollar un evento de gran magnitud como el Ja’umina Fest, se debe evaluar inicialmente las condiciones sociales en las cuales se llevará a cabo la actividad, detalló Édgar Servin, coronel retirado y especialista en seguridad y operaciones militares.
“Además, se tiene que analizar la capacidad de la empresa privada que va a estar a cargo del desarrollo del evento. Si en sus competencias radican los suficientes recursos materiales, humanos y tecnológicos, para poder actuar preventivamente ante eventuales eventos que puedan conmover, digamos el evento en sí como accidentes, desmayos, estampidas, atentados, etc”, manifestó.
Asimismo, el especialista recordó que ante esta clase de eventos de gran magnitud la Policía Nacional “indudablemente” debe involucrarse en la coordinación del evento. En este sentido, Servín agregó que también se desconoce si las fuerzas públicas contaban con la cantidad necesaria de talento humano, recursos materiales y tecnológicos para prevenir y gestionar este tipo de actividades.
“Al ir prácticamente al karaku o al problema central, tenemos que tener en cuenta lo que es la economía subterránea, que es muy fuerte, poderosa, ilícita y tiene vínculos con diferentes tipos de empresas paraguayas y las instituciones públicas. Habría que ver si existen indicios suficientes como para suponer que las personas que ingresaron dentro de ese evento sobornaron o pagaron algún tipo de protección como para que puedan perpetrar el hecho”, comentó.
En este sentido, el analista de seguridad sostuvo que cuando el ánimo de lucro se coloca en primer lugar, “la seguridad humana está al azar del comportamiento individual de los diferentes actores”.
“Acá existen indudablemente fallas por parte de los órganos del Estado y la empresa privada. Habría que identificar dónde estuvo la cadena de errores, porque cuando el lucro es el objetivo principal del evento, vamos a tener problemas como los que tuvimos en la noche del pasado domingo”, recalcó.
URGE INVERTIR EN CAPACITACIÓN
Según el especialista, la capacitación de los guardias de seguridad privada y los agentes policiales constituye la única alternativa para intentar subsanar esta problemática.
“No hay que ser muy inteligente para darse cuenta de que el talento humano que está asignado como seguridad de una empresa no tiene mucha capacitación. La empresa privada no quiere invertir en capacitar a su talento humano. Lo mismo ocurre con el Estado. En la medida en que el talento humano sea capacitado para desarrollar este tipo de actividades, el personal gana autoestima y la empresa o institución gana prestigio”, concluyó.
FALTA DE PRESENCIA POLICIAL
El equipo periodístico de El Independiente intentó comunicarse con la comisario María Elena Andrada, jefa de Relaciones Públicas de la Policía Nacional, pero no obtuvo respuesta. El medio está abierto ante cualquier aclaración pertinente que la institución quiera realizar.
