(EFE).- Miles de fanáticos argentinos se volcaron a las calles en todas las ciudades luego de la conquista de la 15º Copa América, tras la victoria de la Albiceleste por 1-0 ante Brasil en el Maracaná de Río de Janeiro.
Como suele suceder en cada consagración argentina, el Obelisco de la Ciudad de Buenos Aires fue el epicentro donde más de 20 mil personas se reunieron para celebrar un título que se le negaba a la Albiceleste desde 1993.
Con poco respeto del distanciamiento social y las protecciones mínimas vigentes por la pandemia del coronavirus, la noche porteña reunió a los fanáticos argentinos que se reunieron alrededor del mítico monumento que tomó los colores celeste y blanco.
«Estoy muy contento por la Selección y por todos nosotros pero también por Leo porque se lo merecía. Siente mucho la camiseta y nos emocionó con su festejo», señaló Laura de 28 años que llegó al Obelisco con su novio Marcelo.
El monumeto comenzó a recibir gente ni bien el árbitro uruguayo Esteban Ostojich determinó el final del encuetro.
Las familias fueron llegando de los distintos bares que funcionaron con el aforo reducido por las restricciones de la pandemia y desde sus hogares en coches hasta que se cortó la circulación de las avenidas 9 de Julio y Corrientes por la cantidad de personas reunidas.
Sergio, de 45 años, no paraba de mirar al cielo y agradecer y ante la consulta de EFE expresó: «Este es el mejor regalo para él, para Diego (Maradona) que ayudó desde el cielo para lograr el título y que el Enano (por Lionel Messi) pueda sacarse la mufa».
En la misma línea, Vanesa de 23 años que fue al Obelisco con toda su familia comentó: «Es mi primera alegría con la Selección y espero que vengan muchas más. De la mano de Leo, ¿como no ilusionarse con la tercera Copa del Mundo en Catar?».
Al igual que el Obelisco, la Plaza de la República en Rosario, el centro de Córdoba capital, las peatonales de Mendoza y Mar del Plata, y los disntintos centros urbanos del resto del país replicaron estas reuniones de alegría y felicidad por el título número 15 de América para la Albiceleste.
Además del color y la alegría hubo cánticos habituales que tenían dos destinatarios: uno era el capitán y emblema Lionel Messi y otro el eterno rival: Brasil, al que se lo venció en el emblemático Maracaná para alzarse con esta corona.