De aquí para allá van cayendo personas vinculadas al narcotráfico, ahora la nómina pasó a políticos.
Me acuerdo cuando la diputada Celeste Amarilla denunciaba que la mayoría de los legisladores ingresaron al Congreso con dinero sucio. Eso molestó a las bancadas coloradas y algunos liberales, que se rasgaban vestiduras por la limpieza en sus nombres. De hecho fue tanta la indignación de los mismos, que votaron por sancionar a la diputada, y Celeste terminó sin goce de sueldo y en su casa por 60 días.
Che, tan equivocada no estaba la diputada. ¿Y ahora, le piden disculpas?
Es que hace unos días, el ahora ex diputado Juan Carlos Ozorio, terminó renunciando a su banca a causa del “estrés” que le producían las denuncias tras ser vinculado con un esquema de narcotráfico y lavado de dinero, todo en el marco de la investigación A Ultranza Py, que se está llevando hasta a un pastor de Iglesia entre sus estrellas.
Pero lo del ex diputado es de película, el periodista Alfredo Guachire, tiró audios en la red social Twitter, donde en uno de los tantos, se le escucha supuestamente a Ozorio coordinado los detalles con el que sería Óscar Sanabria, quien le comenta que una persona con el alias de Kangurú, supuesto nexo con la facción criminal brasileña Comando Vermelho, desea saber cuándo podría reunirse con “la gente del otro lado”… Y todo mientras pareciera estaban de sesión en diputados.
De acuerdo al Ministerio Público, el ex legislador ya era investigado con anterioridad por supuestos vínculos con el narcotráfico. La imputación es pesada, lavado de dinero, narcotráfico y asociación criminal. Un nene de pecho.
Pero acá, según los investigadores, la cosa no termina y más nombres se van a ir sumando, así que Celeste… Siéntate en la vereda de tu casa y verás pasar el cadáver de tu enemigo.