Los desastres ocasionados por el clima se van acelerando cada año, lluvias intensas y en gran cantidad, que han ocasionado inundaciones sin precedentes. También se vino una ola de calor insoportable en verano, incendios de grandes proporciones y una sociedad ahogada que sufrirá las consecuencias en todas las esferas de su vida sino toma conciencia.
Los fenómenos climáticos extremos siempre existieron en la región. Eso es un hecho. La ubicación geográfica del país es estratégica, estamos en una región de choque de dos sistemas climáticos, el Amazónico que es húmedo, cálido y de baja presión, con el Atlántico que es frío y de alta presión.
Nuestro país siempre ha sufrido lluvias, solo que ahora se está empezando a dar de manera más violenta. Hay un aumento de esta condición.
Para el meteorólogo Benjamín Grassi, la deforestación contribuye al impacto que producen las altas lluvias y nuestra nación ha sufrido una deforestación muy grande en las últimas décadas, esto no contribuye a amortiguar los efectos de las grandes lluvias.
Señaló que la intensidad y las grandes cantidades de lluvias en tan corto tiempo empiezan a ser más frecuentes. A esto los meteorólogos llaman fenómenos extremos y es lo que se están dando con mayor cantidad en los últimos tiempos, refirió que seguiremos teniendo estos tipos de situaciones en el futuro, por lo que no podemos considerarlos hechos aislados.
ADAPTARSE
Explicó que no hay forma de evitar que no se produzcan lluvias fuertes, porque se van agravando a causa del cambio climático que está exacerbando las tormentas.
“Lo que nosotros podemos hacer es adaptarnos a esos fenómenos para tratar de reducir el impacto. Por ejemplo, el aumento de la urbanización no planificada es un problema, en especial cuando las personas viven en zonas bajas o cerca de cauces hídricos, de esos tenemos muchos ejemplos en el país”, agregó.
Indicó que lo que resta a la sociedad es estar acorde a la naturaleza, donde propone que las obras sean compatibles con la fuerza de la naturaleza, consideró que los puentes quizás deben ser rediseñados, las carpetas asfálticas tengan que ser más sólidas y las construcciones adecuarse.
“Estos fenómenos no es que van a ocurrir cada mes, ni cada dos meses pero basta que ocurran una vez cada año y con una fuerte creciente para que pueda llegar a la sociedad”, acotó.
MÁS OLAS DE CALOR Y LLUVIAS
En el 2017, la WWF y Columbia University de Nueva York llevaron a cabo un “Análisis de Riesgo Climático” en el Chaco y la Región Oriental, se analizaron los datos de los últimos 30 años de las Estaciones Meteorológicas oficiales del Paraguay.
Oscar Rodas, director de Cambio Climático y Políticas de WWF Paraguay detalló que esa investigación arrojó el resultado de la “probabilidad” de que las sequías a finales del invierno, tanto en la Región Oriental como en el Chaco, se prolongue y profundice más y que probablemente llueva más entre los meses de junio a septiembre, corriendo el riesgo de que ocurra sequías más prolongada e incendios de gran magnitud.
“No tenemos un estudio complementario donde se compruebe lo observado en el 2017. Lo que sí podemos afirmar es que según la Dirección de Meteorología e Hidrología se produjo recientemente la mayor bajante histórica del Río Paraguay, asociada a la falta de lluvia y también se registraron récords de temperatura más elevada en cuatro ciudades del país superando de forma simultánea los 42,5 grados de temperatura”, refirió.
Sostuvo que eso podrían ser indicios de que ciertos elementos del análisis de riesgos del 2017 se están manifestando, por lo que aclaró que se necesita otro estudio para confirmar que esos fenómenos climáticos se están dando con mayor certeza en nuestro país.
Acotó que esto no quiere decir que todos los años va a suceder lo mismo, sino que ocurría cada 50 años, ahora puede suceder en un tiempo menor o más frecuente. A su vez puede haber récord de más días de calor en el futuro. También las lluvias probablemente se den de manera más concentrada e intensa y van a generar mayor daños en la infraestructura y agricultura.
LOS FENÓMENOS CLIMÁTICOS EXTREMOS SIEMPRE EXISTIERON
José Luis Cartes, director Ejecutivo de Guyra Paraguay, señaló que lo que está ocurriendo en todo el planeta es que principalmente la temperatura media mundial está subiendo, y actualmente se pronostica un aumento de hasta 3 grados celsius por encima del promedio de la época preindustrial, es decir el siglo XIX.
Por ejemplo, se verificó que los últimos cinco años, desde 2016 hasta hoy, fueron los años más calientes en promedio desde los 1.800, este aumento de temperatura que parece muy poco, en realidad tiene un efecto muy grave en los patrones climáticos.
“En general, implica que los eventos climáticos se vuelven más graves, actúan con más fuerza y de una forma imprevisible. Las tormentas se vuelven más fuertes, aparecen fuera de época, las sequías también son fuertes, y las lluvias pueden ser más intensas en forma puntual, ya sea mucha precipitación en poco tiempo, o mucha lluvia en un área y en otras no”, aseveró.
Recordó que en los años 70-80, las torres de alta tensión de la Ande fueron construidas generalmente para soportar vientos de hasta 170-180 km/h.
“Sin embargo, hoy en día se está previendo que esas estructuras deben ser planificadas para vientos de hasta 250 km/h, ya que las ráfagas de viento de las tormentas derribarían con facilidad esas estructuras, así mismo, las sequías tan prolongadas, las lluvias tan intensas, etc.”, subrayó.
LLUVIAS CON MAYOR FUERZA
Para Cartes los patrones climáticos en general están regulados principalmente por las grandes masas boscosas y los mares. En el caso de nuestro país, recibe una alta carga de humedad ambiental del Amazonas, lo que incluso se denomina “ríos azules” que chocan con el sistema atlántico, lo que establece que nuestra región es una zona de tormentas, en especial en los periodos de cambio de estación y de mucha caída de rayos.
A la vez, precisó que el aumento de la temperatura hace que estos procesos y fenómenos se vuelvan más intensos, y menos predecibles, se pueden dar este tipo de tormentas casi en cualquier época del año como nuestro clima presentaba periodos de sequía en los meses de julio a septiembre y un breve periodo en febrero.
Sin embargo, la última sequía duró más de un año. Las últimas lluvias presentaron un volumen enorme de agua precipitada en breves periodos de tiempo, lo que produjo inundaciones masivas, etc. Ese tipo de patrones es lo que se están viendo alterados.
INCENDIOS Y SUS EFECTOS NEGATIVOS
Cartes enfatizó que los incendios tienen varios efectos muy negativos, tanto durante el evento catastrófico, como posterior a esto. Cuando se dan incendios forestales masivos, de gran escala, se generan emisiones de gases que afectan directamente a la salud humana, no se puede respirar en ciudades enteras lo cual es muy grave. También genera que el calor atmosférico dificulte la formación de nubes, es decir aleja las lluvias. En los incendios observados en 2019 en el norte del Chaco, en la zona de Chovoreca, el mismo fue tan intenso que se categorizó como un incendio de “nueva generación”.
“Ese tipo de eventos genera un calor tan intenso que llega incluso hasta la estratósfera, y se genera unas torres de llama que quema hasta el suelo y cambia el ecosistema. Los animales usualmente tienen bastante capacidad de escapar de los incendios normales, pero de este tipo, tan graves y extensos producen una cantidad enorme de fauna afectada, se mueren por quemaduras o asfixiados”, amplió.
ESTIMACIÓN PARA LOS TRES MESES
Roberto Salinas, gerente de Climatología de la Dirección de Meteorología, manifestó que las probabilidades climatológicas para los meses de febrero, marzo y abril, en lo que respecta a las lluvias van a estar normalmente dentro de los que ocurren estos tres años.
Vaticinó que el trimestre que viene, marzo, abril y mayo, se estima que existan muchas probabilidades que se mantenga dentro del rango de lo que se considera normal.
El experto profundizó que las últimas lluvias, no se dan muy frecuentemente, por lo general viene con una recurrencia que no es por ejemplo ni de días, ni meses, sino son fenómenos extremos que se repiten muy de vez en cuando.
“Nosotros estuvimos analizando la Estación de Paraguarí, que está en una zona donde cayó muchísima lluvia y llegaba a 173 milímetros aproximadamente, la última vez que ocurrió algo similar fue en 1998, o sea que 22 años después ocurre un evento similar. Ahora mismo la posibilidad de que un evento igual se repita dentro de este mes es bajísimo”, concluyó.
Fotos: Gentileza