Salud Pública debe poner más firmeza en vacunación anti Covid
Los últimos datos disponibles de vacunación, aunque con seguridad necesitan actualización, indican que en total han sido administradas más de 6 millones de vacunas, sólo 2,6 millones de ellas en secuencia completa de vacunación. Eso nos deja con una tasa general de vacunación de apenas el 36,6% y de continuar así la tendencia, el ideal del 70% de la población inmunizada sólo se alcanzaría para marzo del año que viene.
Es incomprensible que a esta altura, cuando nos damos el “lujo” de desechar vacunas por falta de aplicación, sigamos estando a la cola de los países de la región. Aunque suene repetitivo, Uruguay ya logró sobrepasar ese umbral mínimo que garantiza la denominada “inmunidad de rebaño”, con un 76,6% de su población vacunada. En Chile llega al 84,4% y aún Argentina, cruzada por escándalos de ineficiencia y corrupción en el uso de vacunas, está a punto de lograr la meta con el 67% de la población con inmunidad completa.
¿Qué nos pasa a nosotros? ¿Por qué no podemos llegar con la vacuna contra una epidemia que tiene como único precedente comparable en la historia moderna del país la “gran gripe de 1918”?
Supimos llevar adelante, y con resultados que fueron incluso elogiados por la Oficina Sanitaria Panamericana, el Programa Ampliado de Inmunización que cubre no menos de 12 enfermedades diferentes, a partir de los dos meses de vida del recién nacido hasta cualquier edad adulta.
El desarrollo de este programa ha reducido drásticamente la mortalidad infantil y los decesos maternos, elevando considerablemente el umbral de inmunidad a escala familiar.
¿Por qué ahora, de pronto, nos encontramos con que un considerable número de adultos mayores está sin vacunarse, disponiéndose incluso de suero suficiente?
En la gran mayoría de los países líderes en el desarrollo y aplicación de vacunas anti Covid ya se inmuniza niños a partir de los 3 años y para adolescentes de 13 y más años ya es general.
Las dudas y tardanzas en el Paraguay se agravan ante la eficacia de una campaña de información que acabe con las historias negras y las operaciones de los antivacunas que intentan hacerse de cartel a costa de la incertidumbre y la angustia de la ciudadanía. Operaciones que, da pena decirlo, llevan adelante incluso legisladores y hasta médicos.
El MSP debe poner un pie firme en tierra y acabar con las dilaciones.
Hay vidas en juego.
