La situación generada por el coronavirus ha cambiado la forma en que se imparte la educación en el mundo entero. La escuela y el hogar se convirtieron en un mismo lugar tras las necesarias regulaciones efectuadas. Todos coinciden en que es un momento que formará parte de la historia de maestras y maestros quienes siguen en el campo de batalla, proponiendo actividades para mantener el rendimiento cognitivo de sus alumnos y alumnas, para que se sientan acompañados en estos días.
En muchos colegios se están explotando las herramientas que ofrece la tecnología y se mantienen todo el tiempo conectados, pero la realidad para algunos de los alumnos de las escuelas públicas del país y sus familias, es otra.
Lucia García, profesora de la escuela pública Roberto Schaerer, comentó que “es una experiencia nueva para todos, nos tomó de sorpresa, pero estamos esperanzados, creemos que vamos a reencontrarnos pronto, y si este nuevo sistema es funcional o no lo sabremos una vez que pase toda la crisis y veamos a los chicos”.
Agregó que el mayor desafío es el acceso a las tecnologías. “Si queremos hablar de funcionalidad, de poder ir revisando las tareas, esos chicos tienen que tener acceso a internet, y a veces los papás cargan un paquete de saldo y con eso hacen las investigaciones, yo no se pueden mandar tareas largas porque no tienen acceso a internet o lo tienen por un tiempo limitado. Trato de que las tareas sean cortas pero un poco complejas”, afirmó la profesora.
Mencionó que hay padres que viven del día a día con sus ingresos, y el maestro tiene que ubicarse en la realidad de sus estudiantes, de la población donde trabaja. “El Ministerio de Educación y Cultura tiene una plataforma virtual, pero algunos de los alumnos no tienen los medios para acceder a ella, es muy interesante, pero estamos hablando de costos, poder tener una clase virtual tiene un costo y algunas de las familias no tienen las posibilidades”, mencionó.
Finalmente, destacó que la pandemia enseña que hay cosas que tienen que cambiar. “Debemos reinventarnos como profesores, velar porque se tenga un acceso universal a la internet para hablar un mismo lenguaje. El alcance e incidencia en la educación vamos a saberlo dentro de un tiempo. Todo es incierto, pero hay que estar preparados. Debemos estrechar vínculos con los chicos y chicas, deben reconocernos como sus profesores y no creer que el año está perdido”, concluyó García.