El Ministerio de la Mujer fue creado por ley N° 4675/2012 que eleva al rango de Ministerio a la Secretaria de la Mujer. Con Ministras de anteriores administraciones, que dieron pasos significativos de avance en cuanto a la promoción y las de ser garantes de los derechos de las Mujeres. Cito algunas “ex Ministras” que, con decoro y excelencia, son nuestras referentes y lideresas que, con un alto compromiso demostraron empatía, interés, preocupación, y solidaridad con sus congéneres, destacadas en sus gestiones, ellas son: Cristina Muñoz, Gloria Rubín, María José Argaña, Ana Baiardi, Nilda Romero, entre otras que lograron reivindicar a las Mujeres y que, continúan en la lucha contra las desigualdades entre hombres y mujeres.
En tal sentido, la institución cuenta con una estructura conformada por profesionales técnicos calificados con vocación de servicio en la lucha de violencia contra las Mujeres, sin embargo, con el último cambio de administración, donde se la asigna a la “ministra de la mujer”, Celina Lezcano, apenas en 1 año de su gestión, salieron a la luz, ciertas denuncias que fueron difundidas tales como:
La Diputada, Celeste Amarilla señaló a la ministra de la mujer, Celina Lezcano de proveer al estado en una licitación por un valor de Gs. 7900 millones, desde una empresa familiar, ejerciendo actualmente el cargo como “Ministra”.
Desde la misma institución, existen denuncias de viajes al interior y exterior en forma irregular que fueron costeados a funcionarios/as privilegiados/as, eso no es todo, se viralizó en algunos medios y redes sociales, videos de la ministra de la mujer, Celina Lezcano donde se la observa realizando campañas políticas, con “hurras y pañuelos” a políticos del oficialismo, valiéndose de los recursos presupuestados para la articulación de Ciudad Mujer Móvil, con toda la logística para otros fines, atraer a Mujeres que viven en lugares inhóspitos para escuchar discursos de índole político, dejando en un segundo plano, la asistencia integral para todas ellas.
Recientemente, otras denuncias de manoseo en los contratos laborales de funcionarias, de despidos injustificados, moobing y persecución política, que es: ¿una cacería de brujas?, dentro de una institución encargada de velar por los derechos de las Mujeres, que la misma “ministra de la mujer”, debe proteger y no perjudicar a otras. Incluye mi caso, hoy judicializado.
Toda esta situación refleja una decepcionante gestión y falta de compromiso, una mujer despreocupada en las funciones más importantes en un Ministerio de la Mujer como son: las de impulsar políticas públicas, brindar asistencia, contención y seguimiento a las Mujeres en situación de vulnerabilidad. Estas deficiencias se ven reflejadas en los últimos reportes del Observatorio del Ministerio Público, suman las denuncias de violencia contra las Mujeres, los datos estadísticos alarman a toda una sociedad, a mitad de año, arrojan 26 casos de Feminicidio, con 55 huérfanos, un escenario gris, debido a que, en el comportamiento de las estadísticas anteriores por feminicidio, entre los meses de setiembre a diciembre suelen disparar brutalmente.
Cabe resaltar que el “Observatorio de la Mujer” fue creado en el año 2019, prevista en la ley N° 5777 art. 31, uno de sus deberes principales, aparte de investigar, e informar, es el de: “establecer relaciones con los demás Observatorios y redes sobre violencia hacia a las Mujeres”; observamos que, en la actualidad, los datos no coinciden con los reportes del Ministerio Público y con otros Observatorios como el Ministerio del Interior, por los que sus reportes dejan de ser creíbles.
Ante esta situación, prácticamente la institución se encuentra acéfala, con la disponibilidad presupuestaria utilizada para otras intenciones, ante estas irregularidades de denuncias públicas y por las inacciones a favor de las Mujeres, la violencia psicológica y laboral por parte de “una ministra de la mujer” dentro del Ministerio de la Mujer: “una mujer contra la mujeres”, suena atípico, y además con un aumento sistemático de casos por feminicidios, y por ende con más familias enlutadas.