En el año 2018, el escritor Aníbal Barreto y su esposa disfrutaban de un recorrido por el estado de Virginia, cuando en una plaza vieron una biblioteca callejera. Una casita donde se acercaban personas a dejar sus libros y retirar otros. Más de una hora observaron aquella situación hasta que se animaron, se acercaron y admiraron aquella bibliotequita llena de libros.
Aníbal le pidió a su esposa que le tomara una foto, colocó en su página de Facebook y su compañera Pryscila Isabel León le llamó y le exhortó a hacer algo así en el país.
La primera biblioteca callejera se instaló el 27 de octubre de 2018 en la plaza Ayolas de Lambaré frente a la Comisaría y la Municipalidad, y hoy hay 91 bibliotecas callejeras en diferentes puntos del Paraguay.
El escritor comentó que han tenido una excelente aceptación y buenos resultados y están por instalar una en el IPS, en la Sala de Urgencias.
“Al principio la gente decía que no podía funcionar algo así en Paraguay, que iban a robar, romper el mueble, pero con esa negativa opinión de la gente dijimos vamos a hacerlo y si rompen vamos a reconstruir hasta que funcione, y demostramos que se pueden hacer cosas lindas en el país”, resaltó.
Agregó que a los libros le ponen el sello de la biblioteca callejera para poder controlar y le colocan “prohibida su venta”.
“No queremos que se vendan, son donaciones de personas que apoyaron el proyecto”, refirió Barreto.
DONACIONES
Como parte de su responsabilidad social, la editorial Servilibro, dona libros a escuelas carenciadas, para las bibliotecas escolares del Bañado Sur, la Chacarita, o las instituciones que promocionan la lectura.
La editorial donó 100 libros de autores paraguayos a las bibliotecas callejeras. Su directora, Vidalia Sánchez, mencionó que la finalidad de la firma no solo es comercial, sino también cultural, y consideran que uno de los caminos para salir adelante en el país es justamente a través del libro.
“No queremos que la lectura llegue a la gente que puede comprar, sino a todos. Hace rato que vengo siguiendo la noble tarea de Aníbal, él nos da un ejemplo de que se puede poner libros en el camino de la gente. Armar bibliotecas pequeñas enseña a la gente que tiene que leer, compartir las cosas y nos empuja a la lectura”, resaltó Sánchez.
Finalmente, confesó que es muy necesario que la lectura llegue a los barrios del país. “No es cierto que los paraguayos no quieran leer, sino que no está al alcance. Nos hacen falta las bibliotecas callejeras, las públicas, las comunitarias, donde la gente pueda leer gratis. Tengo mucha ilusión de que en Paraguay haya libros en todos los barrios”, concluyó la directora de Servilibro.
