Infusiones de hierbas nativas, reminiscencias de una guerra y un político corrupto que huye de la Justicia hacia una zona poco habitada y casi mítica en el corazón de Suramérica, se mezclan en el primer videojuego de factura paraguaya en llegar a las consolas de PlayStation 4.
«The Origin: Blind Maid», el videojuego inspirado en el mito de la «Mala Visión», es producto de una empresa conformada por jóvenes paraguayos, Waraní Studios.
«Hoy por hoy nos convertimos en la primera empresa paraguaya, en el primer estudio paraguayo, que tiene la oportunidad de poder lanzar un videojuego en la plataforma de Sony PlayStation», declaró a Efe Eduardo Benítez, cofundador de Waraní.
La firma es desde 2018 el único socio oficial de Sony en el país, pero su andadura comenzó hace más de siete años.
Fue en ese entonces cuando Benítez contactó a través de las redes sociales a su ahora socio y cofundador de Waraní Studios, Ismael Pozzo, creador del videojuego «Malavisión», que salió al público en 2016 y fue la semilla de «The Origin: Blind Maid».
Este videojuego está desde el pasado 10 de junio en las consolas PS4 y en 2021 se lanzó para PC.
PROTAGONISTA CORRUPTO
«La historia del juego se basa en un político corrupto que huye de la Justicia», explicó Pozzo a Efe.
El personaje central, que el jugador representa en primera persona, no está inspirado en alguien en particular, aclara este joven diseñador gráfico, para quien el político puede estar en Paraguay o en «cualquier país».
La huida que el político emprende junto a su asistente lo lleva al pasado con construcciones recreadas en la época de la Guerra de la Triple Alianza, que entre 1864 y 1870 libraron Argentina, Brasil y Uruguay contra Paraguay, y a la región del Chaco.
«El Chaco tiene un toque místico siempre», explica Benítez, quien recuerda el silencio que se apodera en las noches sin viento de las ciudades ubicadas en esa región.
El origen, más que un concepto abstracto, ha sido concebido como un ser producto de la injusticia humana.
El videojuego también aborda temas como las enfermedades mentales o la violencia de género, de la que es víctima Lucía Isabel, la antagonista de la historia.
Ella, según Benítez, demuestra «la entereza, la valentía y el poder que tiene la mujer».
EFE