Mujeres: En el transcurrir del tiempo, donde venimos de generaciones antepasadas en la que fuimos criadas y adoctrinadas para “servir al hombre”, y no podemos negar que el hombre creció convencido en ese “modelo” que nos han educado de: atender, cuidar, dar placer sexualmente, y además vivir desplomándonos por tantas responsabilidades en el hogar.
Fuimos y somos víctimas de una educación desde y para la sumisión, que inconscientemente adoptamos esa mentalidad machista que nos cuesta quebrar completamente, y darnos cuenta que arrastramos aprendizajes con desaciertos, ciertas actitudes y comportamientos que hoy sabemos significa la verdadera “violencia hacia a las mujeres”.
Hoy en día, las mujeres buscan su independencia económica en busca de apariencias que significan ser libres y que pueden tomar decisiones por sí solas, sin embargo, somos el sexo débil, cargadas de emociones, que finalmente de alguna manera nos cuesta tanto sacarnos el chip de esa mentalidad machista, seguimos complaciendo al hombre que amamos, bajo qué precio, significa más sacrificio, doble esfuerzo, tanto aguantamos, toleramos y nos desvivimos, hasta el colmo de abandonarnos a nosotras mismas.
En este escenario, de miles de años, el hombre heredó “el poder dominante”, y la mujer “la enfermedad sumisa”, si bien hemos avanzado, procesado, y trabajado, es muy difícil erradicar esa mentalidad machista instalada por mujeres que siguen aceptando ese modelo, o cuando se decide salir de esa situación, un despertar de cambio, cuando una mujer que logra su independencia con inteligencia, y se anima a ser autónoma, les cuesta más estar y compartir con un hombre que, acepte que la igualdad no significa “masculinidad”, se trata de respetar la individualidad de cada uno/a, y que por amor a la pareja, se debe construir en el respeto la propia individualidad como seres humanos que somos sin ser la sombra de nadie. Esa libertad de romper esos modelos, comprender que la felicidad entre el hombre y la mujer se trata de una libertad y empatía compartida desde el amor.
Sigamos desaprendiendo en la búsqueda de la erradicación de la violencia contra las mujeres.
