Por Cristian Nielsen
Fake news que rodaban por las redes aseguraba que, a falta de alcohol, bueno es el vinagre para desinfectar manos y objetos. Los médicos respondieron en el acto: “Nada de remedios caseros. Un buen lavado de manos con agua y jabón es mucho mejor. Y por supuesto, el alcohol antiséptico”. El virus, dicen los que saben, está protegido por una pared de lipoproteínas que sólo el alcohol logra romper, matando el virus. Eso, si está suelto en el medio. Cuando se aloja en el ser humano allí está protegido por la membrana celular, como en una fortaleza.
“TENEMOS LA CURA” — En uno de sus discursos transcontinentales y sin horizonte, Nicolás Maduro proclamaba que Venezuela está protegida del coronavirus por un medicamento hecho en Cuba. Tras su anuncio, hizo a la isla de los Castro un saludo militar de zalamera admiración y subordinación. Más allá de la actitud payasesca de Maduro, lo cierto es que en el hospital Virgen del Rocío, de Sevilla, están ensayando con algún éxito un fármaco que combina un grupo de antivirales con el interferon beta, un específico desarrollado por la medicina cubana, fórmula que se revela eficiente para contener al coronavirus. Por supuesto, los médicos españoles se muestran muy cautos y prudentes sobre los resultados de este ensayo, frente al triunfalismo suicida del tirano venezolano. Por supuesto, en Venezuela no hay un solo caso de coronavirus, único país del continente… en fin.
POCA CONFIANZA — El factor confianza, que abordamos a menudo en este medio, está puesto a prueba como nunca antes. Una encuesta lanzada por el diario La Vanguardia, de Barcelona, preguntaba: ¿Confías en que habrá pronto una vacuna eficaz para el coronavirus? Sólo el 40% dijo que confiaba mientras que el otro 60% respondió negativamente.
Entre otros consejos difundidos para enfrentar la pandemia figura el ajo. “Comer ajo crudo –aconseja un sitio web- evita enfermarse de coronavirus”. Lo que es seguro es que poca gente se acercará a quien siga el consejo y eso sí sería eficiente para prevenir el contagio. Pero aparte de añadir algunos nutrientes bastante efectivos, de la cura del coronavirus, nada.
CALOR DE HOGAR — Otros aconsejan beber agua caliente y mantenerse en lugares con alta temperatura. “Al virus no le gusta el calor, así que muere inmediatamente” recomiendan fuentes ignotas y nunca identificadas. La verdad es que el calor de por sí no obra como desalentador o asesino del coronavirus sino que evita que las personas se aglomeren en pequeños espacios que favorecen el contagio. Pero tiene su contraparte: que muchas personas se mantengan en recintos con aire acondicionado. El mismo efecto que durante las temporadas frías.
Lo cierto es que la única manera de evitar estos consejos supuestamente efectivos o seguros para curar o evitar el coronavirus es la consulta médica o visitar los sitios oficiales que los organismos de salud pública habilitan para guiar a la población hacia prácticas eficientes y seguras.
Todo lo demás es pura cháchara.
