La grave situación de abuso sexual a un niño en un colegio de la ciudad Lambaré, desató indignación, impotencia, rechazo, rabia, una mezcla de sentimientos de toda una sociedad al destaparse el caso. La Directora del colegio encubre y justifica al agresor, síntomas de una mentalidad machista; sin embargo, tristemente somos consientes que no es el único caso de abuso sexual. Cuanto nos falta trabajar desde el seno familiar, cuando ocurre tal hecho, se suele minimizar, tanto que algunas mujeres anteponen al hombre (a su pareja) y se niegan a creer a su hijo/a de que realmente es víctima de abuso sexual.
Indudablemente permanece instalada la cultura machista, la mujer sobrevalora, idolatra y cree al abusador, todo para no quedarse sin él, llega hasta la demencia de encubrir al hombre, dejando solo/a a su hijo/a. Por lo general, estas mujeres sufren de violencia psicológica y física por parte de su pareja, inclusive ellas mismas son sometidas y obligadas por los hombres a no denunciar y a aceptar que su propio/a hijo/a se someta sexualmente, con el aval de la madre, y ella misma se encarga distorsionar la realidad, lo normaliza e induce a la víctima que acepte antes de que ¨el fulano¨ se enoje.
Impacta con dolor la exposición de esta cruda realidad y de lo que está sucediendo, me pongo a pensar cuantos niños están en esta misma situación, las autoridades deben poner mano dura con una intervención radical, tantos casos se pueden evitar y salvar a estos niños indefensos que están solos sin un adulto con mente sana que puede ayudarlos.
Como sociedad tenemos la responsabilidad de erradicar todo tipo de abuso sexual hacia los niños y niñas, tener la apertura de escucha, si ellos no pueden gritar, gritemos y pidamos justicia. No olvidemos que el abusador sexual infantil puede estar en medio de nosotros, su actuar no se relaciona con el estatus social. Debemos permanecer en alerta en guarderías, colegios, clubes, hogares, estos niños/as nos necesitan, merecen forjar un futuro sano, y con esperanza.
Nuestro compromiso: Tener niños y niñas alegres, estudiando y jugando. Entender que : ¨Los niños NO mienten¨.
