Afirmando que no puede negar su candidatura, Soledad Núñez destacó que se ve unida al quehacer político, movida por la situación en la cual se encuentra el país, con una larga lista de fragilidades institucionales que fueron desnudadas con mayor fuerza durante la pandemia.
“Yo creo en el Paraguay de bien y por eso hoy estoy ante esta disyuntiva de empezar en la política una carrera que tenga que ver con un ideal y unas ganas de transformación positiva del país”, destacó la exministra de la Secretaría Nacional de Vivienda y el Hábitat (Senavitat).
Pese a que no habló de mayores detalles sobre su candidatura, la misma comentó que probablemente confirme o brinde una postura más minuciosa en las próximas semanas, resaltando que eligió la política como un estilo de vida, viéndola como un gran espacio en el cual es posible generar cambios contundentes.
MÁS DE SOLEDAD
Siendo ingeniera Civil, exministra de la Senavitat, aparte de conformar la ONG Techo, Núñez siempre estuvo involucrada y unida a todo lo referente con la labor social. Esto sin mencionar su constante desempeño en el sector vivienda y desarrollo urbano, con políticas públicas que también velen por la movilidad, el transporte público y la calidad de vida en general.
Teniendo esos aspectos en cuenta, al referirse al rol que está desempeñando el Gobierno actual, manifestó que no observa la presencia de buenos tomadores de decisión para permitir al Estado ser efectivo, llegando así a cumplir objetivos de manera eficiente, administrando escasos recursos de la mejor forma.
“Hoy siento que inevitablemente debemos involucrarnos en la política porque es el vehículo legítimo para definir el futuro de la nación y poder cambiar todas esas cosas que nos disgustan o molestan”, resaltó la exministra, añadiendo también que quiere ser partícipe con miras al 2023, creyendo en una nueva forma de hacer política y la capacidad de desterrar muchos de los vicios presentes en el Estado paraguayo.
Con respecto a los comentarios que la tildan de cartista o satélite del expresidente Horacio Cartes, Núñez resaltó que su amplia trayectoria sirve como argumento suficiente para hablar de su independencia y nula pertenencia a partidos políticos o sectores de la sociedad.
“Para mí la independencia es muy importante a la hora de definir el futuro de las instituciones públicas. Tampoco tengo ningún involucramiento en algún otro sector, sea público o privado”, remarcó.
ENFOQUES
Con el nombramiento del nuevo ministro de Educación, la extitular de Senavitat destacó que queda evidenciado cómo la educación está en último plano dentro de la agenda política. Para alguien que se encuentre al frente de la cartera, la ingeniera apunta a estadistas que vean los proyectos educativos a largo plazo, sosteniendo así las reformas y los planes.
A su vez, apuntó que los ministros también deben entender que no se puede seguir utilizando la institución educativa como plataforma o trampolín político, sin velar por la educación, que debería ser el enfoque central de cualquier titular.
“Se debe volver más eficiente, resolutivo y productivo al Estado, para que genere resultados. Necesitamos cambios sustanciales en términos de gestión pública, sanando las patologías instaladas dentro de algunas administraciones, como la corrupción en primer lugar”, subrayó la ingeniera.
Así, sentenció que cree en la concertación, como figura y como herramienta que plantea la constitución nacional y el código electoral, pues invita a todos los ciudadanos a dejar de lado las diferencias y hacer esfuerzos para construir acuerdos en términos programáticos, sin fijarse netamente en un objetivo electoral, como pasa en el caso de una Alianza.
“Acá no tenemos que pensar solamente cómo ganar las elecciones, sino cómo se gobierna el país con resultados. Es importante tener esa doble visión en el proceso: unirse a la concertación para saber llegar al poder, pero también hablar de cómo gobernar y cuáles son los acuerdos mínimos sobre los cuales se pueden trabajar en conjunto”, concluyó.