Explicar la conducta criminal y encontrar respuestas en diversos patrones violentos han obsesionado a diversos estudiosos a lo largo del tiempo. En la actualidad, la respuesta a ambas interrogantes casi siempre se resume en un trastorno de base como, por ejemplo, la sociopatía o la psicopatía.
“Las conductas criminales de violencia podrían aparecer debido a un trastorno de base de la personalidad, que aún no haya sido diagnosticado. Podría ser un psicópata, un sociópata o una persona con síndrome borderline. Si el afectado, no tiene una contención psicológica y farmacológica, se vuelca a la violencia y puede desatar una conducta criminal”, señaló la psicóloga Gloria Petters.
Diagnosticar dichos trastornos no resulta una tarea sencilla, detalló la profesional, ya que a diferencia de enfermedades físicas como la diabetes y las enfermedades crónicas, estos padecimientos no pueden identificarse a partir de estudios médicos.
LA MENTE DE UN
CRIMINAL
Un crimen o un acto de violencia extremo como, por ejemplo, un asesinato, pueden ser desencadenados por desequilibrios químicos internos (característico de los trastornos de personalidad) y detonantes sociales, detalló Petters.
“Una conducta criminal que desencadenó en un acto de agresión, va envuelta con diversos juicios. Hay un bajo autocontrol y empatía. Además, se da un aumento del cortisol y la dopamina, que no están en equilibrio. Por este motivo, se desencadenan pensamientos catastróficos y rígidos que conducen a que el afectado tenga compulsiones”, refirió.
Trastornos como la psicopatía y la sociopatía pueden tener su origen en componentes genéticos y, por ende, traspasar generaciones.
Los detonantes sociales juegan un papel fundamental a la hora de analizar la conducta criminal, sostuvo la psicóloga.
“Una persona que está altamente influenciada por el entorno, sin tener de base un trastorno de la personalidad también puede descontrolarse. El afectado puede también ser una persona altamente impulsiva, y asimismo tener un vínculo estrecho con una personalidad psicópata o sociópata”, comentó.
REHABILITACIÓN
Para reinsertarse a la sociedad o rehabilitarse, las personas diagnosticadas con algunos de los trastornos mencionados deben someterse a un tratamiento sistemático e integral, apuntó.
“Este tratamiento debe incluir la medicación y la psicoterapia cognitiva conductual para poder dar un seguimiento, en el que debe involucrarse la familia y los diversos actores sociales para que esta persona pueda ser activa socialmente”, manifestó.
Gloria Petters, psicóloga.