La obsesión de un hombre hacia una mujer, cuando éste pierde el control sobre ella porque decidió dejarlo, ponerle fin a la relación sentimental. Esta problemática se asemeja a una escalera, que a medida que se van subiendo peldaños se agrava la situación, y finalmente desemboca en un feminicidio. Desde la primera alerta de que sube el primer peldaño las instituciones encargadas de prevenir la violencia hacia las mujeres, deben tomar intervención y articular de manera efectiva y determinante.
Cuando ocurre un feminicidio, refleja el absoluto abandono a la víctima mujer por parte de su entorno más cercano, y de las mismas autoridades. Mientras tanto no hay tiempo, su ex pareja aprovecha ese abandono, y avanza, se la deja en bandeja en plata para que el hombre obsesionado haga lo que quiera de ella, la persigue, la acosa, la insulta, la agrede física y verbalmente, crea una tormenta psicólogica inexplicable a la mujer, ella se llena de temor, pide socorro, auxilio, realiza la denuncia, la ignoran, vuelve a pedir ayuda, y así dejamos que el obsesionado siga subiendo los peldaños como crónica de una muerte anunciada.
No logro comprender porque las autoridades responsables de paliar este flagelo, no reaccionan a tiempo, una vez consumado el hecho, y que los medios de comunicación informan de un hecho más de feminicidio, cuando se la dejó totalmente desprotegida e ignorada a la víctima, y por la presión de difusión en los medios se ponen a investigar, ni siquiera se preocuparon por asistir a esa mujer que fue a denunciar que la están persiguiendo, acosando y golpeando. La encuentran muerta, y nadie se dio cuenta de cada peldaño que logró subir el hombre.
Es fácil identificar a una víctima mujer que sufre violencia, vive temerosa, retraída, angustiada, como sociedad asumamos un compromiso de ayudar, y a las autoridades de turno que tomen acciones e intervengan de inmediato.
Mi solidaridad para todas ellas.
¡Mil veces griten auxilio!