¿DE QUÉ SE TRATA?
El estafador de Tinder narra la historia en primera persona de tres mujeres Cecilie Fjellhoy, Ayleen Charlotte y Pernilla Sjoholm que conocieron a Simon Leviev a través de la famosa aplicación de citas y terminaron entregándole miles de dólares.
Un día les dice que su vida corre peligro, que sus enemigos atacaron a su guardaespaldas y que sus cuentas bancarias quedaron bloqueadas para protección. Así las empieza a presionar con que le envíen dinero, que le presten sus tarjetas de crédito y que le compren pasajes de avión para poder escaparse. Ellas le creen y acceden, bajo la promesa de que es algo momentáneo y que les devolverá el dinero la próxima semana.
La estafa funcionaba básicamente como un esquema Ponzi: con el dinero que recibía de cada una de las mujeres, se dedicaba a mantener su estilo de vida y pagar los viajes y cenas que tenía con las otras.
Es difícil confirmar cuánto dinero fue, pero algunos estiman millones: tan solo la noruega Cecilie Fjellhøy sacó nueve préstamos bancarios y le entregó al estafador US$ 200.000. Desesperada por no poder pagar sus deudas, y tras darse cuenta de que todo fue una mentira, acudió al diario noruego VG en febrero de 2019 para contar su historia.
QUIÉN ES SIMON LEVIEV
Los periodistas lo siguen, lo fotografían y descubren que el hombre en realidad se llama Shimon Hayut, nació en Tel Avivy vive de cometer fraudes desde sus 18 años. De hecho, estuvo preso dos años en Finlandia por este motivo. Logran que sea capturado en Grecia y extraditado a Israel, donde la Justicia lo sentencia a un año y tres meses de prisión.
Sin embargo, pese a la evidencia mostrada por las tres mujeres con videos grabados por el mismo estafador, comprobantes de transferencias falsos y mensajes en WhatsApp, este sólo fue condenado por falsificación de documentos y permaneció tras las rejas cinco meses.
A raíz de la repercusión mundial que tuvo el documental, Leviev cerró su cuenta de Instagram y dejó en claro algo: «Compartiré mi versión de la historia en los próximos días cuando haya resuelto cuál es la mejor y más respetuosa manera de contarla, tanto para las partes involucradas como para mí».